Capítulo II

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-Mami ¿Podemos irnos?- preguntó la pequeña Leia tirando de la mano de su madre.

-¿Qué? Claro que no, ya hablamos de esto- sonrió Padme agachándose a su altura- ¿Recuerdas lo que dijimos?

-¿Qué tenía que ser valiente y hacer muchos amigos?- preguntó Leia con una enorme sonrisa

-Exacto, este es un día muy importante- dijo Padme aguantando las lágrimas, no debía llorar, no debía llorar o Leia estaría aún más asustada.

Padme entró al colegio tomando a Leia de la mano, se sorprendió al notar que su hija parecía mucho menos nerviosa ahora, como si ver a muchos niños de su edad la hubiera animado un poco. Eso era bueno. Leia siempre había sido bastante sociable, eso facilitaba todo para ella. Padme estaba segura que también sería así en su primer día de colegio.

Sin embargo, Padme se dió cuenta que no tenía idea alguna de cuál era el salón que le correspondía a Leia. Se mordió el labio, recordando que había tenido que ausentarse a la reunión de padres y apoderados en donde se enseñó el salón. No era un buen comienzo, pero su trabajo algunas veces, le dejaba un horario estrecho.

Comenzó a mirar, solo debía ver a los niños más pequeños del lugar, podía hacerlo. Pero extrañamente pronto todos los niños eran muy pequeños y otros demasiado grandes. ¿Cómo sabría cuál era el salón?

-Mami ¿Deberíamos preguntar?- dijo Leia y Padme asintió. Bien Padme, tú hija diciendote que hacer.

Finalmente se armó de valor y decidió preguntar. Vio a un hombre que tomaba de la mano a un niño pequeño, estaba de espaldas, pero el niño era el más pequeño de todos los que veía en el lugar. Estaba segura que no era la única madre despistada que preguntaba por el salón, y él era el único padre del lugar que parecía estar solo, todos los demás, bueno eran matrimonios y no se sentía cómoda preguntándoles, seguramente ellos le juzgarían porhaber faltado a la primera reunión de padres y apoderados.

-Disculpa- habló suavamente tocando el hombro del hombre y el primero que volteó fue el que parecía ser su hijo, un niño de cabello rubio y ojos azules- No quisiera molestar, pero ¿Sabes cuál es la clase del kínder? - preguntó algo nerviosa

El hombre volteo y Padme estaba segura que ella debe haber parecido una idiota, porque su boca estaba levemente abierta, y sus ojos lo miraban impresionada, aquel era por lejos, el hombre más guapo que había visto en su vida.

-Si, claro es ese de allí, el salón del maestro Yoda- sonrió y Padme quedó prendada de su sonrisa, el hombre tenía el cabello rubio arenoso, unos brillantes ojos azules, y una sonrisa que la incitaba a sonreír como una estúpida, no solo eso, era alto, mucho más alto que ella, su espalda era ancha, se golpeó no una sino dos veces mentalmente para concentrarse en el tema.

-G-gracias- dijo luego de unos minutos, pensando que realmente debe haber parecido una idiota.

El asintió y Leia tiró de su mano. Padme se despidió del extraño con una sonrisa cordial y caminó hacia un lugar más alejado con Leia.

-¿Crees que el maestro Yoda sea malo?- preguntó Leia, cuyo principal miedo era que su maestro fuera un ogro.

-Estoy segura de que no lo será cariño- dijo Padme acariciando el cabello de su Leia.

-¿Lo prometes?- preguntó y Padme se mordió el labio nuevamente

-Lo prometo- dijo besando su frente.

De reojo vio que el hombre con el que había hablado recién estaba en una situación similar con su pequeño hijo ¿Su hijo también iba al kínder? Al parecer si. De hecho miro con algo de ternura, porque el pequeño niño parecía tener lágrimas en sus ojos y su padre lo abrazaba y secaba sus lágrimas. Padme devolvió su mirada a Leia y se dió cuenta que miraba al niño con curiosidad, Leia estaba poniéndose nerviosa nuevamente.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora