Capítulo XV

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Padme y Anakin despertaron exactamente a la misma hora, encontrándose cada cinco minutos mientras se preparaban para llevar a sus hijos al colegio y luego irse a trabajar. Estaban seguros de que si alguien los veía serían la comidilla del chisme. Pero, no tenían tiempo de pensar en eso ahora pues resultaba ser que Luke y Leia se sentían demasiado perezosos como para levantarse. Satine despertó y fue a ver por qué Anakin y Padme estaban parados en la puerta de la habitación observando nerviosos. Satine sonrió al ver que Luke y Leia dormían desordenadamente, y no parecían querer despertar.

Finalmente luego de que Satine sacara una foto, ambos padres lograron despertar a sus hijos y ayudarlos a vestirse para irse al colegio.

Claramente, iban atrasados, aunque mientras Anakin conducía, no podía evitar sonreír observando a Padme hablar con ambos niños.

- Carajo- dijo Padme en un susurro para que los niños no la escucharan maldecir- ¿Puede parar? Olvidamos los bocadillos de los niños.

- Carajo- dijo Anakin en voz alta y Padme lo miró seriamente, por maldecir en voz alta frente a los niños.

Finalmente era cómico ver a dos padres corriendo con sus hijos en los brazos, casi rogando por un supermercado abierto a esa hora, mientras compraban las colaciones de los niños.

- Esto nunca ha pasado- dijo Padme a Anakin y él asintió. Claro que no había pasado Ahsoka se burlaría de ellos el resto de la vida si supiera eso. Y probablemente malpensaría el que durmieran en la misma casa.

Padme buscó cajitas de leche de chocolate, pero Leia le dijo que Luke nunca tomaba leche de chocolate él prefería la de manjar. Padme cambió la leche, mientras que Anakin buscaba galletas, hasta que Luke le dijo que Leia siempre llevaba galletas de arroz. Se dió la vuelta y las buscó. Finalmente ambos padres pagaban juntos en caja. 

- Sus niños son hermosos- sonrió la cajera y cansados, ellos solo sonrieron. No tenían tiempo para dar la larga explicación.

Finalmente llegaron al colegio, increíblemente a la hora, bajaron corriendo y los niños saludaron a Ezra. Ellos observaron con una sonrisa como sus hijos entraban al salón. Se miraron por unos momentos y se sonrieron. 

Caminaron hacia el automóvil de Anakin y él le abrió la puerta para que entrara haciéndola sonrojar levemente. Cuando el abría la puerta, estaban tan cerca que solo habría bastado un paso para que se besaran. Podían sentir su respiración y los ojos de Padme estaban fijos en los de Anakin. Ella pensaba que podría perderse en su mirada, y él pensaba que nunca había visto mujer tan hermosa. Anakin acarició el hombro de Padme y ella lo observó nerviosa. Pero luego un automóvil paso cerca de allí sacándolos de su ensoñación. Padme entró rápidamente al automóvil y Anakin cerró la puerta, entrando por el otro lado para conducir. 

El resto del camino fue en silencio. Solo se hablaban para preguntarse algunas cosas o hablar casualmente de los niños. Sus corazones latían acelerados. ¿Qué había estado a punto de pasar entre ellos? No, definitivamente ellos no podían.  Pero... habían estado tan cerca de besarse. ¿Qué habría pasado si el automóvil no los hubiera devuelto a la realidad? Prefirieron no pensar en eso. Anakin dejó a Padme en la entrada principal, y él entró por el estacionamiento. Sonrieron al darse cuenta que nadie parecía haberlos notado llegar juntos. Era lo mejor, porque sabían como eran los chismes por los pasillos. Incluso comenzaban a haber chismes sobre Ahsoka y Rex, y tanto Padme como Anakin habían tenido que detener esos chismes, pues decían que la chica solo intentaba aprobar la residencia acostándose con doctores. Incluso luego de su aventura con Rex, habían relacionado a Ahsoka con Anakin, había sido la misma Padme la que había sancionado a la enfermera que difamó a Ahsoka escribiendo el reclamo en su expediente.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora