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Dormitorio de la duquesita

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Dormitorio de la duquesita

Dos días después...

El duque se despertó en la madrugada para prepararse para el duelo que tenía con Charles, como se lo había indicado el día anterior a través de una misiva.

La duquesita casi ni durmió en toda la noche. Lo sintió moverse en la cama y ella se dio vuelta para mirarlo.

―¿Por qué no te quedas? ―preguntó poniéndose encima de él.

―Elizabeth, sabes que no puedo.

―Puedes quedarte, pero no quieres.

―Debo hacer lo correcto y aunque tu oferta es muy tentadora, tengo que irme, tú duerme.

―Me preocupa de verdad todo esto, Patricien.

―Lo sé pero no deberías, todo estará bien. Mientras tanto podrías decirle a Jeffrey que te caliente la cama. ―Rio con burla.

A la duquesita le cayó muy mal su comentario desagradable y lo dejó libre.

―Vete... es mejor que te vayas ―se lo dijo molesta acomodándose en la cama y dándole la espalda.

―Elizabeth... yo...

―Déjalo Patricien... vístete y vete.

Él se acercó a ella y le besó el pelo. Salió de la cama y se alistó, trató de vestirse lo más rápido que pudo porque aparte de querer matar a Charles, ya había salido del lecho con un humor de perros. La muchacha suspiró y se puso a llorar. Sabía que lo que él le había dicho era una broma, pero se sintió una liviana porque intuyó que la estaba comparando con Roseanne.

Patrick y Sam salieron del ducado, siendo este último el padrino del duelo que presenciaría dicha situación.


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En las afueras de Covent Garden

Cuando llegaron al lugar acordado, había un lacayo allí y Lemacks arqueó una ceja al verlo desde su montura.

―¿Dónde está Charles?

―Buen día, milord. El señor me ha dicho que le entregue esta nota ―se acercó a él y le extendió el brazo.

El duque enseguida leyó lo que estaba escrito, y azuzó su caballo para cabalgar hacia la residencia de los Smith. No le iba a ver la cara de idiota. Sam lo siguió por detrás.

¡Milord! ¿Hacia donde nos dirigimos?

―A continuar con el duelo... en otro sitio ―le gritó.

―¿Dónde?

―En su casa, Charles no se librará tan fácil de mí. No permitiré que la deshonre y ni tampoco que le vuelva a poner una mano encima a la duquesita.

Perfume de Rosas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora