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Capilla del Ducado de Covent Garden

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Capilla del Ducado de Covent Garden

El duque se encontraba nervioso y expectante, en tan solo poco tiempo contraería matrimonio con Elizabeth y no podía calmar sus nervios. Solo quería que la ceremonia finalizara cuanto antes y tranquilizarse. Su padre se acercó a él para darle ánimos e intentar calmarlo.

―¿Nervioso?

―Lo estoy, demasiado ―admitió con un suspiro―. Siento que me aprieta todo ―declaró intentando aflojarse el cuello de su camisa.

Su progenitor rio ante su comentario.

―Es normal, cuando la veas se te pasará todo, incluso creo que ni sabrás en qué momento darás la vuelta hacia la salida, ya casado con ella. Te lo aseguro, me pasó lo mismo cuando me casé con tu madre.

―¿Y si no quiere casarse? ¿Y si todo esto la termina asustando y decide no casarse conmigo? ―reflexionó con temor en su voz.

―Esa muchacha no es ninguna cobarde, estoy más que seguro que en poco tiempo aparecerá en la entrada de la capilla y tú quedarás calmado ―expresó poniendo una mano en el hombro en señal de apoyo.

―Anoche la encontré tranquila, pero hoy no sé cómo estará.

―Tranquilo, hijo... no pasa nada, ya sabes que las novias suelen tardar unos minutos para llegar, no debes afligirte.

―No puedo creer que tengamos que esperar tanto tiempo a la vulgar futura duquesa ―dijo con fastidio Isabella―. Me agobia ―escupió sin ánimos.

―Si te callas podrás pasar rápido este trago amargo ―sugirió su madre.

―Rabia me da tener que presenciar esto ―emitió sujetando con fuerza entre sus manos el abanico cerrado―. Es de mal gusto todo, empezando por la vulgar que eligió mi primo ―confesó con furia contenida.

Los padres del duque, el mismo duque, Prince y Andrew escucharon cada palabra que salía de la viperina boca de Isabella y fue Patrick quien se acercó a ella con paso firme.

―Vas a tener que cerrar esa boca de arpía que tienes durante la ceremonia y todo lo que dure el banquete nupcial, porque si escucho de tu voz de nuevo tan solo el nombre de la futura duquesa o su título, te echo junto a tu madre de aquí frente a los invitados. Y ganas me sobran ―emitió tajante y serio.

Alexandre que estaba en la entrada de la capilla, entró corriendo para avisarle a su cuñado que su hermana se estaba acercando.

―¡Ya viene! ¡Ya viene! ―gritó eufórico y emocionado.

―¿Cómo la ves? ―preguntó sonriente.

―Hermosa y muy blanca ―admitió contento.

Patrick mató con la mirada a su prima y volvió a ubicarse en el altar para esperar a su futura esposa. Suspiró tratando de calmarse pero los nervios se le instalaron en la boca de su estómago a medida que los minutos pasaban.

Perfume de Rosas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora