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Castillo ducal

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Castillo ducal

Salió del cuarto dejando a Patrick atrás y bajó las escaleras. Vio la bandeja de plata sobre la mesa redonda de la entrada del castillo y la carta sobre la misma. Tenía sello y parecía importante. Se acercó para abrirla y leerla.


Duquesa de Covent Garden:

Ha sido invitada a una tarde de té en la mansión Chassen que está ubicada en la zona este del centro de Londres, la fachada de la mansión es de color verde oscuro. La cita es a las cuatro en punto de la tarde del día de mañana.

P.D.: Soy nueva en la ciudad y me haría el honor de tener su presencia en la reunión de té.

Atentamente, Lady Alice.


Por una extraña razón haber leído lo último su estómago se apretujó de nervios pero disipó enseguida aquella sensación. Si era nueva, estaba más que segura que nadie la conocía y en parte la entendía porque ella también se sintió rara cuando pisó Londres y todavía se sentía desencajada en aquel ambiente que su marido estaba habituado.


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Comedor

Durante la cena, fue él quien le preguntó por la carta que Clarissa le había dicho.

―Mañana tengo una reunión de té a las cuatro.

―¿Dónde? ―interrogó con curiosidad al tiempo que fruncía el entrecejo.

―Hay una mansión de color verde oscuro en la zona este del centro de Londres. La anfitriona se llama Alice, lady Alice y es nueva en la ciudad.

―Jamás la escuché.

―Pues... es nueva ―afirmó.

―Aún así, debería haber escuchado su nombre dentro del círculo donde me manejo pero ninguna de las mujeres que conozco tienen ese nombre.

―Es posible que no sea inglesa ―trató de no darle demasiada importancia a las palabras de su esposo.

―Puede ser ―dejó el tema de lado porque sabía bien que ella no iba a ceder.

En algún otro momento y estando a solas, iba a pensar mejor en qué podría realizar para que Elizabeth se sintiera protegida, porque aquello que le dijo, ni siquiera calmado lo había dejado. No conocía ni por nombre a aquella mujer y tenía sus dudas al respecto. Algo no encajaba bien pero no quería preocuparla en vano.

Cuando la cena finalizó, él la invitó a la biblioteca para leer un rato. Ella aceptó encantada y regalándole una enorme sonrisa. Patrick le ofreció su brazo y Elizabeth entrelazó el suyo para caminar hacia el despacho y luego a la biblioteca.

Perfume de Rosas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora