Oficina del duque
Patrick y James se encontraban dentro del despacho, hablando y comentándole el duque a su mayordomo que la señora del castillo se había ido a reunir a tomar el té con lady Alice.
―No he escuchado nunca su nombre ―admitió el hombre.
―Tampoco yo pero le ha dicho a Elizabeth que es nueva en la ciudad.
―¿Y dónde es esa reunión? —preguntó intrigado su valet.
―En la mansión de la zona este del centro de Londres, la casa con la fachada verde oscuro.
―La única con esa descripción está abandonada ―afirmó James.
―Imposible ―unió las cejas con preocupación y asombro cuando le clavó la vista.
―Me temo que no, milord... en esa zona ya casi nadie habita y la única que existe con ese color está abandonada desde hace años, precisamente la semana pasada eché un vistazo a la ciudad y fui a esa zona. No queda nada ni nadie allí.
A Patrick le atravesó el pánico ante aquellas palabras. De inmediato se levantó del sillón individual y se encaminó a la pared donde se encontraban las espadas colgadas.
―Tenemos un problema y uno muy grande ―confirmó el duque con voz seria y mirándolo con preocupación, envainando de nuevo la espada que había elegido, y tomó otra para su rival.
―¿Su examante de nuevo? ―Abrió más los ojos con inquietud.
―No, alguien peor. Thomas Collins.
―¿Quiere que lo acompañe? O le diré a Sam que lo escolte.
―No, iré con Misterio.
―Pero milord, es arriesgado que vaya solo.
―El asunto me concierne solo a mí. Con gusto lo voy a desafiar ―dijo apretando los dientes.
Cuando terminó por abrocharse el cinturón de la espada, salió de allí dirigiéndose a la entrada para colocarse el abrigo y así salir rumbo al cobertizo para buscar a su fiel caballo.
James por otro lado, ya estaba dentro de la cocina avisándole a los presentes sobre la situación que estaba sucediendo.
―Cuando el duque lleva la espada... ―expresó Sam.
―Todo se vuelve rojo ―acotó Clarissa.
🌹🌹🌹
Londres, Inglaterra
A las afueras de la ciudad
Elizabeth había llegado hacía poco tiempo atrás y cuando bajó del carruaje quedó de piedra al ver el frente de la mansión. Solo allí comprendió que la carta del día anterior había sido una farsa, y estaba creída que el plan lo había ideado Roseanne porque había salido al fin de la cárcel, solo para tenerla a solas de nuevo, como tantas veces se lo había dejado saber en las esquelas que le entregaba.
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Perfume de Rosas ©
Historical FictionUna joven con aroma a rosas, un hombre con un título nobiliario queriendo amar aún cuando fue traicionado. Una pasión que nace entre ambos y la cuál ella quiere negar contra todo pronóstico. Un collar familiar que él está dispuesto a entregarle como...