CAPÍTULO #3

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-Pablo buenos días. ¿Estás ya preparado? ¿Necesitas ayuda con algo?

Me despierto desorientado, sentado en la cama con la espalda apoyada en el cabecero. Estoy rodeado de papeles y con la guitarra abrazada, como si no quisiera que se fuera. –Pero qué…?

-Pablo, ¿estás ahí? ¿No te habrás quedado dormido no?? –Es Marta y parece nerviosa, muy nerviosa. Miro la hora y es tardísimo, apenas quedan cuarenta minutos para que comience el Meet & Greet.

-No Marta tranquila, está todo casi listo. Me estoy terminando de vestir.-Miento.

-Muy bien. Nos vemos abajo en veinte minutos. No te retrases, no nos sobra tiempo.

-Ahí estaré!! –Le digo mientras corro para la ducha. Espero acabar el día mejor de lo que lo he empezado…

-Natalia, buenos días!!! ¿Estás ya lista para el desayuno con pablo? –Me despierto bruscamente ¿dónde estoy? Ah, si, ya lo recuerdo todo.

-¿Natalia? ¿Hola? –Me ubico y miro la hora. No puede ser.

-Oh dios mío, Paula me he dormido!!! El puñetero despertador no ha sonado!!!!

-¿Qué? ¿Estarás de broma no?? Nos vamos en veinticinco minutos Natalia!!!

-JODER!!! Voy a prepararme, tardaré lo menos posible.

-Natalia, date prisa, no tenemos tiempo y no podemos llegar tarde a la cita. La gente espera a Pablo… Nos vemos abajo en veinte minutos. No te retrases por favor!

-Vale, vale, vale. Intentaré llegar. –Madre mía, pues anda que empiezo bien el día…

Me levanto corriendo de la cama y voy para el baño a ducharme, pero cuando no llevo dados ni dos pasos, todo se vuelve de color negro….

Me estoy terminando de atar las zapatillas cuando suena el teléfono. Es Marta, seguro que va  a echarme la bronca porque ya voy tarde. Muy tarde.

Dudo en cogerlo, pero al final lo hago.

-Marta ya voy, estoy saliendo por la puerta. –Vuelvo a mentir.

-Estupendo. ¿Te importaría pasar a buscar a Natalia? Paula me ha dicho que se le había hecho un poco tarde y aún no ha bajado. Ve tú y si hace falta métele un poco de prisa ¿vale? Su habitación es la 305. –Natalia, me había olvidado completamente de ella.

-Si claro, yo la paso a buscar, tranquila.

-Muy bien. Y Pablo, recuerda que sólo tenemos cinco minutos y nos vamos, esté lista o no lo esté. Lo primero es lo primero.-Qué severa es Marta a veces…

-Seguro que está lista Marta. Ahí estaremos.

Cuelgo el teléfono, cojo mis cosas y me encamino a la habitación 305. Una vez allí, antes de llamar a la puerta, me viene otra vez a la cabeza la imagen de la chica con la que me crucé la tarde anterior en este mismo pasillo. Delante de esta misma puerta. Todo cuadra, mi habitación está a la vuelta de la esquina, así que seguro que la chica era Natalia. Ahora la historia del móvil tiene más sentido. No puedo reprimir una pequeña sonrisa mientras llamo a la puerta, tengo tantas ganas de verla…

-¿Natalia? Soy Pablo. ¿Estás ya lista? Tenemos que irnos ya. -No obtengo respuesta. Qué raro…

-¿Natalia? ¿Hola? –Sólo el silencio me responde. Opto por llamar a Marta para que preguntarle si Natalia ha bajado ya. No sé por qué pero tengo un mal presentimiento…

-Marta,  ¿está ahí Natalia? Estoy llamando a su habitación pero no responde…

-No Pablo, aquí no está... –Qué  raro…

-¿Podrías preguntar en recepción si ha salido o algo?

-Voy.­­ –Me responde. –Pablo, en recepción me han dicho que no ha salido… ¿Sigue sin responder?

-Sí Marta, no he parado de llamarla pero no nada…. ¿Podrías pedir una llave de su habitación para entrar y comprobar que todo está bien? No sé por qué, pero tengo un mal presentimiento…

-Claro, ya voy. Tranquilo Pablo, estará en el baño o algo. Ahora subo. –Sé que no está en el baño, habría oído la puerta y habría dicho algo.

Marta llega a penas al minuto de colgar, pero la espera se me ha hecho eterna.

Cada vez estoy más nervioso, tanto que no soy capaz de meter la llave en la cerradura de la puerta.

-Maldita sea...!!!

-Tranquilo Pablo, ya lo hago yo. –Marta coge la llave y abre. Ese momento de incertidumbre que se crea cuando abres una puerta sin saber lo que te espera detrás puede conmigo. Sin embargo cuando veo a Natalia los nervios, ahora convertidos en miedo se apoderan de mí. Mi mal presentimiento tenía una razón de ser….

AHOGÁNDOME EN TU ADIÓSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora