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Fiesta.

Fiesta.

Fiesta.

Fiesta este fin de semana.

Eran las únicas palabras que rodeaban la cabeza del menor.

Joder, claro que quiere salir de fiesta.

Se había enterado por varias bocas que abría una fiesta en casa de un tal JinYoung el día sábado. Era una de las tantas que había en el año y a las cuales regularmente no asista, pero ahora quería, ahora necesitaba salir y tomar, tomar demasiado.

El permiso de sus padres ya lo tiene puesto que Jimin organizó una Pijamada justo para ese día y los padres de Taehyung le dieron permiso. Ellos sólo sabían que iban a dormir en casa del Jimin no que iban a ir a una fiesta a embriagarse.

No hace mal salir a escondidas de vez en cuando.

Vale más pedir perdón a que pedir permiso.

Ahora mismo estaba tomando una ducha antes de irse a casa de Jimin, se quedaría todo el fin de semana hasta el Domingo en la tarde, eso para él era un regalo divino de Dios. Sus padres no estaban, habían ido a comprar la despensa de la semana al centro comercial y tardarían unas dos horas.

Había vapor por todo el baño, la cortina que dividía la regadera y el resto del baño se trasparentaba levemente debido a la humedad y el agua, su delgado cuerpo era mojado cálidamente gracias a las gotas que caían de la regadera, su acanelada piel hacia contraste con las blancas paredes del cubículo, su cabello húmedo se pegaba a su frente. Tallaba suavemente la piel de sus brazos, pasando por su pecho y luego por su espalda, de su barriga a su cintura descendiendo a sus piernas, trasero y sus pies mientras que toda la espuma descendía de su cuerpo gracias al agua quedando completamente limpio.

Cerró la llave y tomó su toalla de baño y se secó de arriba a abajo y luego se puso su bata de baño, cepilló sus dientes y buscó la secadora en una de las puertas del lavabo y salió del cubiculo.

Se llevó el susto de su vida cuando encontró al pelinegro en su habitación, sentado sobre la orilla su cama con las manos recargadas en el colchón viéndolo fijamente.

-Dios, me asustaste.- dijo tocando su pecho sintiendo sus latidos acelerados del su corazón no solo por el susto.

Se sonrojo de inmediato y con la toalla que llevaba en brazos se cubrió la cara avergonzado.

-¿Que haces aquí?- dijo sobre la toalla, el otro bufo con una sonrisa.

-¿No vas a saludarme después de casi dos meses sin vernos?

Si, dos meses sin verse. Terrible pero el trabajo del mayor no se lo permitía.

-Es-es que- yo...- dijo nervioso.

-Ven aquí, Taehyungie.- palmeó su pierna indicándole que debía sentarse en el.

El menor negó rápidamente sintiendo sus mejillas enrojecer.

-Hy-hyung, estoy en bata. Sal de mi cuarto.- ordeno señalando la puerta sin quitarse la toalla de la cara.

-No. Obedece a tu Kookie hyung y ven ahora mismo Kim Taehyung.- la voz de Jungkook cambió a una dominante, ronca y grave.

La acanelada piel de Taehyung se erizó de pies cabeza debido a ello y al frío, aún seguían cayendo unas cuantas gotas por sus piernas y el pelinegro miró hacia esa dirección, viendo cómo las finas gotas resbalaban y acariciaban su suave piel, su mirada se oscureció y tragó duro al mismo tiempo que con su lengua tocaba el interior de su mejilla.

๑  Hyung~  ๑ ・ kookv ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora