Esto era completamente inmoral.
Entonces, ¿por qué no se sentía mal?
¿Por qué el miedo era capaz de detenerse mientras escuchaba la dulce melodía que conformaba la respiración de la rara mezclándose con la mía?
¿Por qué no estaba sufriendo un ataque de pánico al notar los rayos del sol colándose por la ventana, anunciando el alba?
Todo podía acabar tan rápido que apenas tendría tiempo de arrepentirme de haber abrazado a la rara hasta que el cansancio fue demasiado y éste nos obligó a recostarnos sobre la cama con la falsa promesa que solo sería hasta que ella se calmara.
No fue una noche tranquilizadora, ninguna de las dos pudo parar de llorar hasta que el cansancio fue suficiente. Me dolía cada milímetro de mi cuerpo por toda la fuerza que había desgastado y la posición poco cómoda en la que nos encontrábamos.
Si esto fuera otra historia, con menos tragedia; estaba segura de que solo seríamos dos chicas durmiendo a escondidas de sus padres que creían que era moralmente incorrecto, pero que ellas no lo sentían así.
Me moví con cuidado, en una misión que lucía imposible: Tomar mi celular que había dejado en algún lado de la cama.
Todo sería más fácil si ella no se encontrara aferrada a mi cuerpo. Aún en sus más profundos sueños elegía mantenerme viva.
Tome la iniciativa de intentar zafarme de ella, pero apenas estaba por lograr deshacerme de una de sus manos la rara se levantó de un brinco, condicionándome un infarto que para mi mala suerte no me termino por matar.
Sus ojos inundado por el terror me advirtieron que estaba a punto de hablar, así que me apresure a posar mi mano sobre su boca.
Los recuerdos de la noche parecieron golpear su mente, y apenas me percate de eso sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas.
Busque con desesperación mi celular entre el mar de sábanas en el que se había reducido mi cama hasta que di con él.
"Necesitas irte." escribí rápidamente, apenas quite mi mano que acallaba las preguntas de la rara.
— No quiero dejarte sola. — negó enseguida, antes de perder la mirada en los pies de la cama.
Su cuerpo se enderezó de un respingón y un escalofrío la recorrió, pude notarlo por la forma en la que se encogió; como una animal herido.
Seguí su mirada, hasta que me tope con destello metálico de la pistola que horas atrás cumpliría mi sentencia de muerte.
Estaba ahí, hundido entre el mar rosa, pareciendo tan indefensa como para preguntarnos por qué habíamos hecho tanto escándalo la noche anterior.
Era impresionante el poder que podía tener algo tan pequeño.
— No voy a dejarte sola. — se corrigió enseguida.
ESTÁS LEYENDO
BUSCANDO A ALEM ✔️
Teen FictionAlem es como una chispa en medio de la penumbra que te hacía despertar del sueño oscuro en el que estabas sumido. Nadie puede imaginarlo sin su sonrisa tirando de sus labios mientras caminaba por las calles de la ciudad, como si en un punto de su hi...