CAPÍTULO 48

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Pequeñas gotas de lluvia se aferraban a mi ventana en espera de aquel lento movimiento que resultaría al abrirla y las hiciera caer hacia la libertad; que no estaba lejos de a donde yo ansiaba llegar

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Pequeñas gotas de lluvia se aferraban a mi ventana en espera de aquel lento movimiento que resultaría al abrirla y las hiciera caer hacia la libertad; que no estaba lejos de a donde yo ansiaba llegar.

No había parado de llover desde hace un par horas atrás cuando llegue a casa con el temor corriendo por mi torrente sanguíneo y con esa pequeña parte de mi, que aún creía en la fe, rezando en voz bajando; pidiendo que mis padres no hubieran evolucionado con el tiempo y las mentiras, y ahora fueran capaces de saber en dónde había estado con solo mirarme.

Apenas me prestaron atención cuando llegué, con el dolor aún inundando mi corazón en millones de pedacitos que ya me encargaría en juntar para volver a hacerlo latir como en los viejos a tiempos.

Estaba destrozado, pero no de aquella manera en la que mi cuerpo caía derrotado esperando un poco de misericordia. Era más como aquel pequeño dolor que necesitaba para tomar el último aliento y asegurarme que saldría de aquí y que está tormenta sólo era algo pasajero.

¿Había perdido la cabeza por consecuencia del dolor?

No podía creer que aquellas ideas positivas salieran de los mismos pensamientos que me llevaron a dispararme en la cabeza meses atrás.

Tyler, quien me había acompañado a mi casa sosteniendo mi mano como solía hacer cuando creía que iba a romperme de nuevo, me preguntó sobre cómo me sentía y aunque el dolor aún era demasiado reciente le jure que podría con ello y que no haría nada malo.

Incluso Klaus me había mandado un mensaje para asegurarse que estaba bien y una parte de mi odio ser la clase de persona que hacía que sus amigos temieran por dejar sólo.

Pero Tabitha no había respondido a ninguno de mis mensajes desde que se había marchado del jardín con la excusa de que iría a buscar a Pancho, su puerco.

¿Dónde estaba?

Ella había estado actuando raro desde días atrás y no era que pudiera librarme de cualquier pecado que se me condenara por su cambio de actitud, pero había cosas que no me terminaban por cuadrar.

¿Por qué era estaba tan extraña?

Mire de nuevo el par de mensajes que deje en su chat, esperando que ella pudiera notar mi preocupación entre líneas.

Tal vez algo malo le había pasado o simplemente había estado triste por algo y yo no lo había notado. Estaba seguro de Tyler había dicho algo sobre Landon y que seguramente de no ser importante no lo hubiera mencionado.

¿O si?

Miré por la ventana, apreciando los relámpagos que a lo lejos recorrían en el cielo haciendo de este toda una obra de arte.

No quería estar aquí, temía cada segundo que alguien fuera a entrar por esa puerta jurando que había escuchado a alguien que aseguró haberme visto en casa de los padres de Tabitha con cierta pelirroja que mis padres tenían tachada de por vida.

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