— Solo un poco más... — gruñó Rita mientras me obligaba a mantenerme quieta para que ella pudiera terminar de embarrar un poco de tinta sobre mis labios.
— Creo que ya es suficiente, cariño. — asintió mi madre, salvándome de la tortura por primera vez en su vida — Tampoco queremos que parezca una ramera, solo que se vea diferente para su cita.
La última palabra de su oración consiguió volver a estrujar mi corazón en ira, justo como aquella mañana cuando después de misa el casanova fracasado se acercó a mí y mi familia con una sonrisa solo para soltar su cuento de que me buscaba para pedirme una cita.
No sabía en realidad a dónde iba el juego que el fraudulento se había molestado en tramar, pero ya podía estar seguro que no le resultaría cuando pasara por mi en un par de minutos, tal y como le había prometido a mi padre.
Y podía apostar a que la mente maestra detrás de esto ni siquiera se trataba de él, sino de un par de ojos bicolor, que como no, seguramente había perdido la cabeza después las respuestas que había logrado arrancarme la noche anterior.
La culpa me había estado consumiendo durante la noche entera, mientras con el paso de cada minuto me sentía más inservible.
— Te ves muy linda, Adele. — dijo mi madre con una sonrisa mientras se aseguraba de que yo me mirara como en sus sueños.
Asentí sin muchos ánimos, ignorando el hecho de que ambas esperaban que me mirara al espejo y fingiera mi mejor sonrisa.
— Vete en el espejo, — gruñó Rita cuando no me moví — sabemos que eres muy delicada con tu imagen Adele, segura que quieres estar perfecta para tu novio.— dijo con diversión, y por un momento se sintió como si la vida hubiera retrocedido un par de meses a donde todo era normal — Anda.
Una pequeña astilla se clavó en mi corazón mientras me ponía de pie, había sido obligada a sentarme en mi cama, ocultando mi reflejo del espejo para guardar la "sorpresa".
Sentí las lágrimas empañar mi mirada mientras avanzaba lentamente hacia el cristal que días atrás había tapado con una manta para evitar romperlo. No necesitaba alertar a mis padres.
Quite la manta blanca con lunares rosados, dejando a la vista el reflejo.
Pude ver la sonrisa de las dos mujeres detrás de mí, que se enorgullecen de su obra de arte que para mí resultaba más ser más un arrebato completo de mí, obligándome a encerrarme de nuevo bajo una piel que no era la mía.
— ¿Y qué tal? — preguntó Rita.
Asqueroso.
La simple imagen de la niña con una media coleta peinando su largo cabello azabache de donde colgaba un lazo blanco que iba a juego con los lunares de mi vestido y mis tenis, era algo que no estaba preparada para soportar.
La tela azul marino con lunares blancos de mi vestido se abrazaba mi cuerpo con mangas que ocultaban mis brazos, un cuello circular que escondía las cicatrices que eran el recuerdo de mi estancia en el hospital cuando la bala entró por mi cabeza y una falda que me llegaba hasta las rodillas, justo como mi padre aprobaba.
Inhale aire de manera discreta, intentando no deshacerme en ese momento.Ya tendría tiempo para maldecir a mis anchas cuando me escapada de donde sea que el casanova fracasado fuera a llevarme.
Levanté mi pulgar en forma de aprobación hacía el par de miradas que se clavaban en mi.
"Voy al baño." dije enseguida antes de pasar a su lado, dejándolas dentro del cuarto al que era obligada llamar habitación.
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BUSCANDO A ALEM ✔️
Novela JuvenilAlem es como una chispa en medio de la penumbra que te hacía despertar del sueño oscuro en el que estabas sumido. Nadie puede imaginarlo sin su sonrisa tirando de sus labios mientras caminaba por las calles de la ciudad, como si en un punto de su hi...