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Estaba en una librería buscando ese bendito libro, quería ver si era accesible. Lo cual aseguró que en realidad no después de haber recorrido tres lugares.

Lo vio y entendía que era lindo, que era de colección como dijo Paulo, pero no entendía cómo pudo decir que no estaba caro. Tenía que trabajar una semana para comprarlo, pero el mayor lo quería y él sólo quería poder darle algo.

Así que con todo el dolor del mundo, o no tanto, pero sí el suficiente para sentirlo, volvió a su casa para buscar parte de lo que había guardado.

Había agarrado con pesar el monto y no podía pensarlo. Fue directo a eso, bolsa, moño y a guardarlo hasta el sábado a la noche cuando el mayor iba a hacer una especie de fiesta con su familia. Cumplía un día antes pero iba a querer joda.

Cuando volvió a su casa con un regalo en la mano su padre lo miró curioso, él sólo fue directo a cambiarse la ropa y volver al conjunto de trabajo, guardó el libro y salió directo hacia el auto.

-"¿Puedo saber para quién es eso?".

-"Para un amigo".

-"¿Y qué es?". Su padre parecía dudar de él. Ya estaban casi entrando al auto, la hora del almuerzo había terminado y él ni siquiera había comido sólo por ir a buscar ese libro.

-"Una boludes". Contestó sin más.

-"¿Y por una boludes ni siquiera comiste?".

No dijo nada, tampoco sabía si podía decirle la verdad, siempre jodía con que ojalá no salga con una mujer para no 'mandarse cagadas' pero no sabía qué tan real era lo de querer que salga con un tipo.

-"Es para un amigo, el sábado festeja el cumpleaños".

-"¿Y qué es?".

-"Un libro".

Su padre pareció pensar porque tenía una mueca en su rostro y se había quedado en silencio. Cuando pensó que ya había terminado la conversación, el hombre volvió a hablar.

-"¿Quería un libro?".

Suspiró ya cansado, por qué no le preguntaba directamente y listo lo que quería saber.

-"Va a la facultad".

Estaban llegando al taller, por suerte, porque su padre estacionó apenas y lo miró serio.

-"¿Cuántos años tiene?".

-"Va a cumplir 20".

Trató de mostrar que estaba relajado, pero en realidad si su papá se alteraba él también iba a hacerlo, eran iguales.

-"Tres años más que vos".

-"Pá, yo sé lo que hago y con quién me junto. Se la pasa estudiando, no hace nada malo, es buena persona".

-"¿Pero sabés por qué me preocupo, no?".

No, no tenía idea. Su padre lo notó y siguió hablando.

-"No quiero que quedes pegado en nada raro".

-"No sé qué estás pensando, pero son medio chetos, estudia y esas cosas".

-"Eso no es mucho mejor, no sé qué prefiero, que te juntes con el malandra de Marcos o con un cheto".

-"Marcos es buen amigo, el cheto es piola".

-"¿El cheto es la persona que estás viendo últimamente?".

-"No, es un amigo".

No sabía por qué lo negó tan rápido pero entró en pánico, tenía la oportunidad de hablar sobre Paulo al fin y lo único que hacía era seguir negando su existencia.

-"¿Y cuándo voy a conocer a la persona esa? Ya hace mucho que andás así".

Miró hacia la puerta del taller, Mateo parecía hacer tiempo usando su celular y fumando mientras ellos todavía hablaban en el auto.

-"Mateo está esperando pá...".

-"Mauro, en serio, ¿me tengo que preocupar?".

Negó varias veces con su cabeza.

-"Es buena persona, no es para preocuparse".

El hombre asintió antes de bajar del auto y saludar a Mateo. Él quedó en el auto por un rato, tendría que haber hablado de Paulo. Sentía que le fallaba, el mayor siempre estaba tratando de incluirlo en sus cosas y en su familia, a los únicos que no conocía era a sus amigos porque cada uno estaba en la suya y al parecer se juntaban de vez en cuando; pero él ni siquiera podía decirle el nombre del chico a su padre, mucho menos pensaba en invitarlo a su casa de 2x2.

Aunque para qué iba a decirle sobre él, si en realidad no era su novio, sólo se estaban viendo hace tiempo. No podía salir oficialmente con él así, sin estudios, con una casa prácticamente con el diámetro de la habitación ajena, con un trabajo bastante patético en términos económicos... sobre todo teniendo que robar para poder llenar la caja de plata para la mercadería y pagar impuestos.

No era la persona que merecía Paulo, pero no podía alejarse, le gustaba demasiado.

Kcyo ▪ PaukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora