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Le había mandado una buena cantidad de mensajes a Mauro, durante todo el día, lo había llamado sólo dos veces porque no se animaba a más, sabía que el celular lo usaba con su padre y en caso de que lo tenga él, no quería molestar. Pero Mauro no le había contestado nada y ya era algo tarde. Los mensajes le llegaban, así que hizo el intento una vez más, aunque ya eran casi las 7 de la tarde.

Trataba de estar tranquilo porque si le llegaban los mensajes es porque al menos estaba en su casa o en donde sea que tenga WiFi, sino igual tenía señal y batería. Quería estar tranquilo, pero tenía una mala sensación, habían estado muy cercanos en la semana, no se le ocurría qué podía ponerlo así.

Así que lo llamó varias veces más, una, dos, tres... casi le daba vergüenza ser tan denso, pero por lo menos del otro lado atendieron.

-"Hola, ¿está Mauro?".

-"Sí, soy yo".

Soltó un suspiro de alivio.

-"Te escribí todo el día, ¿estás ocupado?".

-"No... ¿Qué pasa?".

-"Nada, quería saber cómo estabas porque te escribí temprano y no viste ningún mensaje".

El mejor hizo silencio unos largos segundos antes de contestarle.

-"Estuve ocupado".

-"¿Estás bien?".

Otra vez silencio. Esta vez fue más intenso porque sabía que algo no estaba bien, solo quería que se lo diga.

-"Ehmm...". El otro se aclaró la garganta antes de empezar a hablar. "Nos robaron, otra vez, así que... bueno".

-"¿Entraron a tu casa otra vez, me estas jodiendo?".

-"No, a mi casa no, al taller".

No sabía qué decir, casi no podía creer la mala suerte de Mauro. Eso o que los tenían de punto.

-"¿Sabés quiénes fueron?. ¿Qué se llevaron?".

La risa amarga del menor le hizo doler el pecho.

-"Todo, los ahorros que no se habían llevado de mi casa, bueno, se los llevaron ahí. Hicieron pelota un auto que estábamos arreglando así que ahora estamos hasta las manos con eso también".

-"¿Hicieron la denuncia?".

Lo escuchó suspirar profundamente.

-"No, ya te dije cómo es la cosa".

-"¿Tu viejo está bien?".

-"No sé, se quedó en el taller para arreglar lo del auto con el dueño... yo me vine temprano a casa".

Iba a preguntar, ya sabía la respuesta, pero si pasaba, pasaba.

-"¿Podemos vernos?. Voy a tu casa si estás solo".

El silencio de Mauro lo hizo sonreir desganado, claro que no iba a querer, pero tenía la ilusión.

-"En mi casa no...".

-"Bueno... ¿A la mía o en algún lado?".

-"Puede ser, no sé...".

Rodó sus ojos con cansancio, odiaba tener que exprimirle un 'sí' de su parte. Conocía los rotundos 'no' del menor, y no sonaba convencido.

-"Amor, estás pasando un momento de mierda, quiero estar con vos, si querés". Esperó el suave 'está bien' del otro y no contuvo su sonrisa. "¿Querés venir a casa?".

-"Dale... pero dejo el celular para cuando llegue mi papá así le aviso".

-"¿Querés que vaya a buscarte?".

Kcyo ▪ PaukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora