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Su padre se había molestado fuerte con él, no había querido agarrar la plata que le dio a pesar de que insistió varias veces. Pero lejos de desanimarse por eso, se puso más firme con su postura de no querer todo éste desastre para él.

Y tenía luz hace y unos días pero su padre seguía sin hablarle, tampoco se animaba a ir a ver a Paulo porque no quería que se moleste más. Así que ahí estaba, en silencio sentado en la mesa porque tampoco quería irse a su habitación como un adolescente peleado con sus padres.

En momentos como éste le gustaría tener televisión, no tenían porque era eso o WiFi y la televisión era muy inferior a ver videos tirado en su cama. El problema es que ahora había un solo celular y no se lo iba a llevar él.

No podía comer por la tensión que sentía, capaz su padre no sentía nada de eso, pero él estaba muy incómodo. Por suerte, o no, el celular sonó y lo agarró él pensando que podía ser Paulo, pero era Silvia. Atendió rápido.

-"¿Hola?".

-"¿Guillermo está?. Decile que venga a buscar a la pendeja ésta que no la aguanto más".

-"¿Pero qué pasó?". Escuchaba a su hermana llorar atrás y se puso nervioso.

-"Nada, pero está insoportable, decile que venga o se la mando, no me importa".

Se tragó todas las puteadas que tenía en la garganta y trató de hablar con calma.

-"Bueno, tranquila. Decile que ya vamos". El tono de llamada apareció y supo que le había cortado. "Dice la estúpida de Silvia que vayas a buscar a Cande". Comentó con enojo.

-"Mauro...". Puso su voz seria, pero le chupaba un huevo ahora.

-"Cande está llorando a los gritos y la pelotuda esa llama para sacársela de encima. ¿A eso querés que respete?". Su padre no dijo nada y supo que había dado justo con las palabras porque el hombre se levantó rápido, fue directo a agarrar las llaves del auto y salió.

Se refregó la cara con estrés y miró su plato lleno. No había comido nada y no pensaba hacerlo, no tenía idea si su hermana había comido.

Puso el plato en la olla y volvió a calentar la comida por las dudas hasta que escuchó el auto. No escuchó los gritos alegres de la menor así que se acercó con curiosidad viendo que su padre la tenía a upa con un brazo mientras cerraba la puerta con la mano libre.

Hizo una mueca como preguntando qué pasó y el hombre le negó ligeramente con la cabeza. Lo vio tratando de sacarle una mochila que tenía puesta pero Cande no quería saber nada de eso.

Se acercó a ella para ponerle una mano sobre la espalda, la menor giró su cabeza para mirarlo y le sonrió, con pesar, porque su rostro estaba manchado de lágrimas y se veía muy desanimada.

-"¿Qué onda linda, comiste?". Su hermana negó con su cabeza. "Hay guiso, ¿querés?". Esta vez asintió y fue a servirle el plato de comida suyo. Estaba bastante agradecido de no haber comido porque no había más que eso.

Era muy extraño ver a la menor así, siempre estaba haciendo ruido y jugando. Ahora estaba en silencio mirando su plato mientras comía y no había subido ni un juguete a la mesa, ni siquiera sabía si los había traído.

Lo angustiaba, pero estaba enojado al mismo tiempo.

-"¿Qué pasó al final?". Le preguntó a su padre al estar los dos en la cocina porque por alguna razón, Cande no quería que se sienten con ella a la mesa.

-"Según Silvia... Estaba insoportable y la tuvo que pegar para que deje de hacer quilombo".

-"¿Le pegó?... ¿Y Cande te dijo algo?".

Kcyo ▪ PaukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora