Kcyo ▪ Pauki

10

-"Hola...". Fue lo primero que dijo cuando un pibe le abrió la puerta de la casa de Paulo, pensó que iba a abrirle alguno de sus padres, como mucho, no uno de sus amigos.

-"¿Qué necesitabas?".

-"Busco a Paulo...". Tuvo que aclararse la garganta, se sentía nervioso.

-"Ahí te lo llamo". El chico se alejo hasta la cocina y le pegó un buen grito, pudo escuchar la voz de Paulo sobre la música cuando le preguntó qué quería. "¡Vino tu novio!".

Estaba más que avergonzado, se tuvo que alejar de la puerta, estaba lo suficientemente lejos, tenía sus manos atrás sosteniendo la bolsa con el libro y su mirada baja. Le costaba tener que quedarse ahí, no le agradaba la idea de conocer a sus amigos. Tendría que haberle avisado por mensaje que salga a verlo, nunca tuvo que haber tocado.

Antes de que pudiera seguir haciéndose la cabeza, vio salir a Paulo con una tenue sonrisa.

-"Hola...".

-"Feliz cumpleaños, creo".

El mayor le sonrió un poco más amplio y se acercó para abrazarlo. Rodeó su cintura con firmeza y disfrutó del apretado abrazo.

-"Perdón, te hablé muy mal".

-"Perdoname vos porque no te saludé y encima me la agarré con vos".

El apretado abrazo del mayor apenas lo dejaba hablar pero no iba a quejarse.

-"Vamos a tener que hablar de todo eso, pero hoy no, solamente no quiero que nos peleemos".

Paulo se alejó un poco, tenía sus manos sobre los hombros de Mauro y él sólo pudo asentir antes de recibir un beso ajeno.

-"Está bien... te traje algo igual".

-"¿Algo como qué?". Le mostró la bolsa y Paulo la agarró con sospecha. Era un tonto, ¿qué podía tener una simple bolsa con esa forma?, pero lo hacía reír.

Lo vio sacar el libro y su rostro era de sorpresa real. Lo miró con los ojos bien abiertos.

-"Me estás jodiendo... ¡Mauro!".

-"¿Shh qué gritás?". El mayor abrió el libro por un rato y lo observó, la verdad no lo entendía, no sabía qué era lo mágico en ese libro que le costó toda su semana de trabajo, pero al parecer a Paulo le encantaba así que sólo le importaba eso.

El mayor abrazó el libro contra su pecho, lo sostuvo ahí hasta que lo miró.

-"Sos un tonto, ¿por qué lo compraste?".

-"Dijiste que lo querías". Se encogió de hombros como si no fuera gran cosa, aunque pronto Paulo se estaba apoyando sobre él así que lo rodeó con sus brazos. Lo tenía bien contra su pecho, y él escondía su rostro en su cuello. "En serio, perdón que te hablé re mal y ni te saludé hasta ahora".

-"Está bien, después lo hablamos, porque si dijimos todo eso es porque lo pensamos... Pero ahora hagamos como si no nos hubiésemos peleado y sonreí que están mis amigos y mis viejos adentro".

-"¿Tengo que entrar?".

-"¿Por qué no querrías entrar?". El mayor se alejó del abrazo para verlo, no parecía tener idea de porqué.

-"No sé... me ponen nervioso tus amigos".

-"Pero si no los conocés".

-"No, no tus amigos en sí, sino ir a conocerlos, no sé cómo explicarlo".

Paulo asintió mientras ponía el libro otra vez en la bolsa de regalo.

-"Bueno, tengo que volver, ¿venís o te vas? Yo quiero que vengas".