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-"¿Y al final qué onda tu amigo?". La voz del otro resonó en los parlantes de su celular, tuvo que suspirar por décima vez, estaba tratando de sacar el tema desde que empezó la llamada más o menos. Lo cual fue hace una buena media hora.

-"¿Por qué seguís hablando de eso? Ya te dije que es un amigo que tengo".

-"Es que nunca me hablaste de él, de repente es tu mejor amigo".

No entendía el drama, no era importante. Pero ahí estaba Paulo el mañoso, claramente.

-"Pero qué es lo que te molesta?".

El mayor guardó silencio un rato antes de volver a hablar.

-"Es que lo vi y fue más real que me escondés de tu familia y amigos, no sé, me molestó".

-"No te escondo de nadie".

Manuel se rió y si era sincero, un poco le molestó.

-"Sí lo hacés, yo quiero creer que no te das cuenta y no que me lo decís como si nada y sabés lo que hacés".

-"¿Pero qué hago? No sé de qué estás hablando".

-"Quiero conocer a tu viejo".

El silencio entre ellos fue intenso, al menos para él.

-"Mi viejo no sabe y no lo vas a conocer así nomás".

-"¿No sabe?". Su voz incrédula lo molestó, ¿de donde sacaba ésto tan de repente?.

-"Nunca me pediste antes ésto, ¿por qué lo decís ahora?".

-"Los chicos me preguntaron quién era el pibe que estaba con vos el otro día y yo no sabía qué decir porque no sé, no sé nada de vos-".

-"Otra vez con eso, ¿esa es la conclusión que sacaron un montón de pibes que supuestamente se la pasan estudiando?".

-"¿Perdón?".

Tuvo que morderse el labio inferior, no quería atacar así, pero los odiaba, odiaba lo metidos que eran, si estaban bien él y Paulo solos.

-" Que no les incumbe lo nuestro a ellos, no hables de nosotros con ellos, yo no hablo con otras personas sobre vos así".

-"Ese es el problema Mauro, pero está bien, no tenés que hablar con nadie del novio que no tenés ni vas a tener".

-"No empieces con eso...". Advirtió con su voz neutral, pero la verdad es que estaba por ceder, odiaba que Paulo amenazara siempre con terminar todo.

-"¿Con qué? Si es verdad...". Su tono de voz desinteresado le removía la preocupación en el pecho.

-"Es que siempre hacés eso de querer terminarme cuando no hago lo que querés".

-"¿Terminar qué? No tenemos nada para terminar".

-"Basta Paulo, en serio".

Estaba tratando de mantener su voz plana y baja, era de noche y había el silencio suficiente para que su padre sentado en la mesa lo escuchara aún con la puerta de su habitación cerrada.

-"No, basta vos, me tenés cansado con eso de no meterme a tu vida, más de medio año andando y recién ahora vi a un amigo tuyo de pura casualidad. Si no me querés cerca está bien, ya te lo dije".

Iba a defenderse con lo que podía, pero escuchó otra voz en la llamada. Hizo silencio por largos segundos. Se sentía un tonto, él a punto de llorar porque Paulo amenazaba con terminar, y el otro con un amigo, probablemente riéndose del menor.

Así que juntó el coraje suficiente para mantener su dignidad un poco intacta.

-"Bueno, dale, terminamos ésto que no hay que terminar según vos. Tenés razón, no te quiero meter a mi vida".

Cortó la llamada. Era la primera vez que él hacía eso, el mayor lo hacía siempre, lo cual no aliviaba su malestar, pero estaba acostumbrado. Pero que lo haga él, jamás había pasado.

Ya se estaba arrepintiendo, no lo hizo porque quería, pero que el mayor se esté riendo de él con un amigo suyo lo llenaba de bronca.

Sabía que no podía evitar llorar un poco, se suponía que era una llamada para pasar el rato, era algo que tenía que terminar en uno de los dos dormido y el otro sonriendo por la llamada sin finalizar. No así, con Paulo riéndose de él, y él siendo un impulsivo que sabía que era.

____

El silencio en su habitación era tremendo, casi no podía dejar de mirar su celular, era la primera vez que Mauro terminaba lo que tenían. Lo había cansado, seguro lo tenía harto. Sabía que a veces era insufrible, pero hacer que Mauro que era prácticamente la persona más hermosa que había conocido le terminara... sólo él podía hacer eso.

-"No lo llames". La voz de Monzón le llamó la atención, estaba frente a él en la cama. "Que te llame él".

-"Pero fue mi culpa, re fue mi culpa ésta vez". Ya estaba apretando el botón de llamada, su amigo no le dio ni un segundo que le sacó el celular para cortar la llamada.

-"No, vos cuando lo hacés los dos saben que no es en serio, ¿y él?. Lo está haciendo porque quiere, ya lo tenía pensado si lo hizo".

-"Pero no quiero dejar de verlo... la puta madre, soy un boludo". Dijo mientras intentaba agarrar su celular pero el menor todavía lo sostenía algo lejos de él. "Mauro...". Trató de advertir con su tono de voz.

-"Escuchame, te esconde cosas, la familia, los amigos, la casa, andá a saber qué más... vos mismo lo dijiste. Encima los pibes tienen razón, el amigo ese tiene terrible cara de turro, no me sorprendería que ande en una o viva en la villa o algo así".

-"¿Qué carajo tiene que ver una cosa con la otra? Como si me importara dónde vive".

Mauro se rió de él y rodó sus ojos.

-"Como si no te importara, dale Paulo, son re distintos por lo que se ve y por lo que contás vos, no estoy inventando nada".

Todos decían lo mismo. Desde el primer momento en el que habló con sus amigos sobre Mauro a nadie parecía agradarle. Después de que lo conocieron hace una semana peor, literalmente nadie lo aceptaba y quería que lo hagan, Mauro era hermoso, ¿cuál era su problema?.

-"¿No me estas diciendo ésto por eso... no?". No quería pensar que su amigo estaba con la cabeza en eso, pero parecía.

-"Nunca... no boludo, ni a palos, ¿cuándo hice algo con eso? Jamás".

-"No, nunca... perdón, flashé". Negó con su cabeza, tenía que dejar de pensar tanto en eso. La amistad de los dos no tenía que cambiar por gustarle a su amigo, no pasaba nada, nunca antes habían tenido problema con eso.

-"Está bien... Pero igual en serio, dejálo al otro, si van a hablar que sea porque te llama él, no le des bola. Es un pibito, él seguro está boludeando, te amargás al pedo. Fijate, vos querés algo serio y él se nota que no, quiere boludear y coger nomás".

Se sintió pésimo, no creía que Mauro sea así, pero ante los fundamentos que le habían dado sus amigos toda la semana, parecía que sí y se sintió mal. Pensó que le gustaba, que iban en serio. Pero si el menor tenía paciencia con él y sus ataques de pendejo mimado, que los reconocía, él iba a tener paciencia también.

-"Dame el celu". Mauro negó con su cabeza. "Dale boludo, no lo llamo, voy a esperar, pero si no me habla en un par de días, le hablo".

-"Paulo, no, ¿cómo te va a dejar a vos? que se joda".

-"Dios, basta de hablar así, me ponés nervioso, dale". Abrió su mano para que el menor pusiera al fin el celular mientras soltaba un suspiro como si estuviese cansado.

-"No te rebajes a llorarle ahora, que te hable él". Se levantó de la cama, agarró sus cosas antes de golpear su hombro como si eso fuese un saludo y lo vio salir por la puerta.

¿Podía ser que él se esté equivocando poniéndole demasiadas fichas a Mauro? Porque todos sus amigos no lo querían, tal vez ellos veían algo que él al parecer no.

Kcyo ▪ PaukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora