Crystals Of Love [MewGulf]

ONE

Se encontraba de pie y con las manos en los bolsillos de sus pantalones mientras respiraba el aire primaveral. Todavía hacía fresco, pese a que el invierno se acababa y la primavera tomaba su lugar. A su alrededor la gente estaba sentada en los bancos y en las sillas que había junto a unas pequeñas mesas mientras tomaban un café, trabajaban con sus portátiles o escuchaban música con sus iPod.

Era un día precioso, aunque él no solía deleitarse en cosas vanas como pasear por un parque, o incluso simplemente estar en un parque, sobre todo durante horas de trabajo cuando solía estar en su oficina, al teléfono o mandando correos electrónicos o preparando algún viaje. Ese día se sentía inquieto y reservado, tenía muchas cosas en la cabeza y al final había llegado allí sin siquiera darse cuenta de que había terminado en el parque.

La boda su amigo Singto sería en unos pocos días y su socio estaba que se volvía loco por todos los preparativos para asegurarse de que Sing tuviera la mejor boda.

¿Y Kao? Su otro mejor amigo y socio estaba comprometido con su novio, Turbo, lo que significaba que sus dos amigos estaban más que ocupados.

Cuando no trabajaban, se encontraban con sus chicos, y eso quería decir que Mew no los veía excepto en la oficina y en las pocas ocasiones en que todos se reunían después del trabajo. Aún eran cercanos, Kaownah y Singto se habían asegurado de que su amistad continuaba siendo sólida al incluirlo a él en sus ahora diferentes vidas. Pero no era lo mismo. Y aunque era bueno para sus amigos, Mew aún no había terminado de asumir lo rápido que todas sus vidas habían cambiado en los últimos ocho meses.

Durante años su lema había sido "juega duro y vive libre". Estar en una relación cambiaba a un hombre. Cambiaba sus prioridades. Mew lo entendía. Tendría peor opinión de Kao y Singto si sus parejas no fueran su prioridad, pero eso dejaba a Mew solo. A pesar de tener a sus amigos se sentía completamente solo. Y no era demasiado cómodo.

Se sentía tenso e inquieto, como en busca de algo, solo que no tenía ni idea de qué. No era que quisiera tener lo que Singto y Kao tenían, o a lo mejor sí y se negaba a reconocerlo. Solo sabía que no parecía él y que no le gustaba ese hecho. Él era una persona centrada.

Sabía exactamente lo que quería y tenía el poder y el dinero necesarios para conseguirlo. No había nadie que no estuviera más que dispuesto a darle a Mew lo que quería o necesitaba. ¿Pero de qué servía cuando no tenía ni idea de lo que era?

Paseó su mirada por el parque y se fijó en los carritos de bebés que empujaban las madres o sus niñeras. Intentó imaginarse a sí mismo con niños y casi le entraron escalofríos de solo pensarlo. No se veía a si mismo siendo padre, él se había pasado gran parte de su vida trabajando duro con sus socios para hacer que su negocio llegara a donde ahora se encontraba. Sin recurrir al dinero de su familia ni sus contactos y, especialmente, sin su ayuda.

Quizás esa era la razón por la que lo odiaban tanto, porque les había dado una patada en el trasero y básicamente les había dicho que se fueran a la mierda. Pero su mayor pecado fue tener más éxito sin ellos. Tenía incluso más dinero y poder que el viejo, su abuelo. Y siguiendo esa misma línea, ¿qué había hecho el resto de su familia además de vivir de la riqueza del viejo?

-Nada.

Cuando volvía en la misma dirección por la que había entrado al parque vio a un joven sentado, solo, en una de las mesas que había fuera en la acera de una de las calles principales. Mew se paró a medio camino y dejó que su mirada se posara más aún en él y en su físico. Tenía el cabello negro, su rostro era asombrosamente precioso con unos ojos felinos arrebatadores que podía ver incluso desde la distancia a la que se encontraba. Llevaba un pantalón corto que dejaba a la vista ver sus largas y esbeltas piernas. Miro al chico realmente era el ser más hermoso que había visto, y no podía negar que sus esbeltas piernas eran una preciosidad.