Singto llego al departamento de Mew, los dos ya habían cenado y ahora se disponían a esperar a sus parejas. Mew comprobó la hora en su reloj y sonrió.
—¿Crees que estarán muy borrachos ahora mismo?
Singto hizo una mueca.
—Estoy seguro de que estarán en ello. Mew se rio entre dientes, aunque tenía ganas de que las horas pasaran. Quería que Gulf volviera, borracho, adorable, y se moría por verlo.
Su teléfono móvil sonó y él lo cogió de inmediato pensando que podría ser Gulf. Esperaba que la noche estuviera yendo bien y que estuviera relajado y divirtiéndose. Frunció el ceño cuando vio el nombre de su portero en la pantalla.
—Jong—dijo él secamente.
—Señor Suppasit, tiene visita en el vestíbulo. Quieren subir, pero le llamé antes. Dicen que son sus padres.
—Oh, Mierda—murmuró Mew.
Que alguien le pegara un tiro ahora mismo. ¿Tenían que venir esta noche de entre todas las noches que tenía el año? Ellos nunca habían pisado el edificio donde vivía, al igual que tampoco habían pisado la oficina. Y joder, antes de que su madre los interrumpiera hacía unos días, también dudaba mucho de que hubieran puesto un pie en alguno de sus hoteles.
Le echó una mirada a Singto, que lo estaba mirando con el ceño fruncido. Negó con la cabeza para hacerle saber que no era nada que tuviera relación con los chicos.
—Voy para abajo. No los deje subir. De hecho, no los deje subir nunca, en caso de que vuelvan a aparecer. No son bienvenidos aquí—. Bajaré y me ocuparé del asunto personalmente, pero en el futuro, si vuelven a aparecer, enséñeles dónde tienen la puerta. Y mejor que no los deje subir cuando yo no esté aquí y Gulf sí.
—Sí, señor. Mew colgó y luego se puso de pie.
—¿Qué ocurre? —exigió Singto —. ¿Qué pasa?
—Mis padres me han hecho una visita —contestó Mew con sequedad —. Voy abajo a informarles de que no son bienvenidos.
—Mierda —maldijo Singto —. Bajaré contigo.
—No es necesario —replicó Mew con voz calmada—. Tú espera aquí. Volveré en nada. Singto ignoró la respuesta de Mew y se levantó.
—No he dicho que fuera necesario. Pero voy a bajar contigo. Mew se encogió de hombros.
—Mi madre hizo acto de aparición el otro día —dijo Mew mientras entraban en el ascensor—. Yo estaba almorzando con Gulf y Jihyun en el hotel, y ella entró pavoneándose y montó una escena. Hice que la acompañaran hasta fuera y di instrucciones de que no la volvieran a dejar entrar en ninguna de nuestras propiedades hoteleras.
—Dios, ¿no se cansa nunca? Mew sacudió la cabeza.
—Evidentemente, no. Insultó a Ji y a Gulf. Y luego quería que hablásemos. Como si yo fuera a hacerle caso aunque no hubiera escupido su veneno contra Ji y Gulf.
Singto negó con la cabeza mientras el ascensor descendía.
—Es triste, pero a lo mejor deberías pensar en ponerles una orden de alejamiento. Así los detendrían la próxima vez que vinieran dando por culo. Podría ser un aviso para hacerles saber lo en serio que vas con que se mantengan alejados de ti y de tu hermana.
—Les dejaré las cosas claras cara a cara —dijo Mew endureciendo el rostro por culpa de la confrontación que se avecinaba. Tener una discusión con sus padres en el vestíbulo del edificio donde vivía no era su primera opción, pero ni en sueños iba a permitir que entraran en su casa. Ese era su santuario. Y el de Gulf. No iba a tenerlo invadido por personas a las que detestaba. Y estaba claro que no iba a tener esta confrontación en territorio conocido de sus padres. No les daría la satisfacción de ir hasta ellos. Nunca.
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Crystals Of Love [MewGulf]
Fiksi PenggemarMew Suppasit siempre ha explorado su lado más salvaje, llevando sus relaciones al extremo y sin comprometerse emocionalmente. Exige tener en sus manos el control y le gusta dominar. Sin embargo, los cambios en la vida de sus mejores amigos Kaownah y...