33

1.2K 144 40
                                    

No soy el tipo de chica que llora haciéndose la víctima hasta que le pidan perdón. Creo que soy más del tipo que se convierte en villana y disfruta de lastimar a los que desconfiaron.

Así que si, estoy acostada con Manuel a mi lado mientras nos reímos. Él en serio cree que me faltó rasurarle las cejas.

Y en serio, no suena nada mal.

Pero no pensé en eso en el momento del ataque. Ahora tengo que conformarme con saber que está calva gracias a mí.

Me he negado a responderle a Ruggero o Agustín, solo le contesté a mamá. Y aunque discutimos, al final Manuel logró darle la versión más sana de cómo ocurrieron los hechos.

Creo que quiere matarme pero no importa, me da igual. Todo me da igual ahora mismo.

— Bien, fue suficiente por hoy. —dice poniéndose de pie.— Descansa. Si necesitas algo, voy a estar en la sala.

— No, quédate. —pido tomando su mano.— Hay algo que quiero decirte.

Él asiente y yo suspiro.

¿Cómo le digo esto?

Desde que Louise desapareció del radar, Manuel ha vuelto a ser el mismo. O al menos lo está intentando ser.

Con todo esto he conocido su versión más escondida y me gusta lo que veo. Me gusta que haya respetado mi decisión de no estar con él.

Quise intentarlo con Ruggero, pero él no conmigo. Así que solo me queda una cosa por intentar con Manuel.

Necesito estar segura de que darle esa segunda oportunidad es una buena decisión.

— Ruggero es la razón por la cual no quise estar contigo. —susurro.— Pero, Manuel....

— No, créeme que siempre estuve consciente de eso. Y cuando me lo comprobaste en navidad simplemente lo acepté. No tienes que disculparte por eso ni nada por el estilo.

— Es que quiero estar contigo. Quiero que me hagas saber que vale la pena.

— Yo no te quiero obligar a nada. Escucha, nena. Estás molesta porque Ruggero la defendió a ella, pero...

No lo dejo continuar. Solo uno mis labios a los suyos.

Esta noche no quiero hablar de Ruggero.

Lo que menos me interesa es él en realidad. Ya sus sentimientos están claros, y yo no voy a atormentarme porque alguien no me quiere.

No todos tienen buen gusto.

Mi espalda cae en la cama, y cuando lo tengo encima de mi, sonrío mientras asiento.

Quiero esto, necesito convencerme de que olvidar a Ruggero será fácil.

Necesito liberarme de esta carga que siento en mi pecho.

Pronto siento los labios de Manuel en mi cuello y suspiro dejando que mi mente viaje hacia cualquier lugar que no sea este.

Quizá me arrepienta de esto. Pero no ahora....

A la mañana siguiente despierto sola en la cama, estoy desnuda, y si, en mi pecho se siente una leve punzada de emoción.

No me molesto por juzgar mis sentimientos, simplemente disfruto lo que sea que esté pasando en mi vida. Siempre he tomado las decisiones correctas.

Y creo que es el momento de comenzar a cometer estupideces.

Me pongo de pie y busco mi bolso con ropa antes de encerrarme en el baño.

Italian BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora