29

1.4K 143 37
                                    

Mis brazos rodean su cuello, los suyos mi cintura y mi cabeza descansa en su pecho mientras nos movemos al compás de la lenta canción.

Son ya las dos de la mañana, y no hemos querido irnos de aquí. Al contrario, solo quiero quedarme así para siempre.

No hemos podido evitar ser obvios esta vez. Agustín sólo nos advirtió que ya sabemos lo que piensa de esta rara relación y ahora solo habla con una chica de la banda.

— Chicos, ya nos vamos. —avisa Giovanna.— ¿Se van ya o prefieren quedarse un rato más?

— No, yo creo que nos vamos con ustedes. —digo entrelazando mi mano con la de Ruggero.— O prefieres que nos quedemos.

— Lo que tu decidas, princesa.

Le pido que nos vayamos y asiente envolviendo su brazo en mis hombros.

Pronto salimos del bar y esta vez decido irme con Ruggero. Pues porque ajá, las cosas entre nosotros están casi resueltas y quiero estar con él.

Para alivianar el ambiente con Agathe, Julia viene con nosotros y se encarga de sacar un tema de conversación.

Al llegar al departamento, Ruggero es tan amable para ofrecer su habitación para Julia y Giovanna. Ellas aceptan, y cuando Agustín pregunta en donde va a dormir el italiano, la respuesta es obvia cuando me acerco abrazándolo por la espalda.

Mi primo solo niega y nos pide que no hagamos bulla. Razón por la cual todos a excepción de Agathe se ríen.

Pero bueno, no creo que suceda nada.

— Y yo. ¿En dónde voy a dormir? —pregunta la castaña.—  Hay que compartir habitación, hermanita.

— Punto número uno, no somos hermanas. —musito de mala gana.— Y punto número dos, yo ya tengo compañero de habitación.

— Puedes dormir con nosotras. Con Karol nunca tenemos problema en compartir la cama. Y te has esforzado en hacer ver que eres idéntica a nuestra amiga así que venga, a dormir. —dice Julia.— Hasta mañana chicos, o más bien, hasta más tarde.

— Hasta más tarde. —responde Agustín.— Karol, mi advertencia va en serio.

— No haremos nada. Está castigado.

— ¿Es en serio?

Asiento sonriendo triunfante y él solo rueda los ojos antes de ir a su habitación por ropa limpia.

Me río en cuanto Agustín se queja diciendo que esto es inaceptable. Y cuando se encierra en su habitación, me acerco a Maxi besando su mejilla.

— Usa audífonos. —recomiendo en un tono divertido.— Hasta más tarde con todos.

Julia y Giovanna mueven sus manos a modo de despedida. Les sonrío y finalmente me adentro a la habitación.

Ruggero llega poco después, y mientras me desnudo buscando una bata de seda para poder dormir, él solo se queda en boxer y sonríe metiéndose debajo de las mantas.

Cuando le pregunto si no va a cepillarse los dientes, él avisa que lo ha hecho en su habitación por lo que yo lo hago lo más pronto posible.

Me desmaquillo, recojo mi cabello y finalmente salgo apagando todas las luces.

— Siento que voy a dormir muchas horas más. —digo metiéndome bajo las mantas.— ¿Estás cansado? Yo si, y mucho.

— Y sin embargo no dejas de hablar. —dice divertido.— Hey, ven aquí. Abrazarte si puedo, ¿Verdad?

— No sé, depende.

Golpeo su mano cuando intenta tocarme y me remuevo buscando mi teléfono. Esta más que cargado.

Italian BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora