41

1.3K 195 58
                                    

Debería estar llorando, armando una venganza en contra del dúo de suripantas o algo por estilo. Debería estar muriéndome, no riéndome de esta situación ahora mismo.

Digamos mi única reacción fue ponerle corazoncito a la foto y un comentario que decía.

Felicidades! Es bueno que hayan probado la lengua y no otra cosa. No come suficiente piña.

A los cinco minutos, la publicación había dejado de existir. Pero suficientes personas tienen capturas así que la humillación será grande siempre.

No tomé la inmadura decisión de mandar a la mierda a Ruggero o de bloquearlo de todas las redes sociales existentes. De hecho, le mandé un mensaje que decía;

Hablaremos cuando yo llegue a Manhattan, Mamerto. Y por tu propio bien, es mejor que guardes todos los cuchillo y objetos corto punzantes que puedan herir tu capacidad de darme hijos, italiano.

Desde ahí no hemos vuelto a hablar, y lo único que he hecho es subir historias y fotos a mis redes sociales que aclaren y dejen ver que estoy más que bien.

Extrañamente el saber que Ruggero hizo un trío con ellas no en afecta para nada.

Y quiero saber por qué. No es común en mí ser tan paciente. Ni un ángel andante.

Soy la mismísima hija de satanás cuando me lo propongo, y es un milagro que no haya hecho una estupidez a estas alturas.

Incluso a mí me confunde.

— Uh, esta me gusta. —dice Giovanna entregándome el teléfono.— Te ves preciosa.

— Lo sé. —presumo abriendo instagram.— Voy a subirla.

Ella asiente y yo sonrío buscando la descripción que copié hace poco.

Es que el espíritu vengativo de Julia se me ha pegado como nunca antes. Quiero que a Ruggero le cale bien profundo.

Si es que le intereso.

Esta vez yo quiero dejarte ir y divertirme con alguien!

En la fotografía salgo yo posando en medio aeropuerto con la mochila en mi espalda y mi cabello recientemente arreglado luciendo más perfecto que nunca.

¿Sufrir por amor yo?

Ni que fuese la Karol de hace cinco meses.

No pasan ni cinco minutos cuando las notificaciones comienzan a llegar disparadas. Y si, el objetivo no sólo vio la foto.

Si no que comentó.

Vamos bien, Roberto.

¿Perdona? ¿Dejar ir a quién? ¿Divertirte con quién?

Su comentario se llena de likes, respuestas y demás. Lo cual provoca que me ría a carcajadas ignorando que estamos en medio de un vuelo de vuelta a Manhattan.

Le enseñó a Giovanna su respuesta y ella acompaña mis risas mientras Julia se remueve apoyando su cabeza en mi hombro.

Si, ella está absorta en su propio mundo.

— Respóndele. —dice.— Ponle algo que le duela.

— No, mejor no. Prometí que no sería inmadura. —apago el teléfono. Pienso unos segundos.— Si, mejor si.

Ella se ríe y yo abro instagram buscando el comentario de Ruggero..

Esto me emociona cada vez más.

¿Desde cuándo Roberto Mamerto opina sobre mi vida?

Giovanna se ríe por el rato apodo que uso con mi novio y me excuso diciendo que no somos normales.

Italian BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora