17

1.2K 128 12
                                    

— Maldita sea, me duele la cabeza. —gruñe Agustín mientras Giovanna deja tazas de café frente a todos nosotros.— ¿Quién fue el estúpido que propuso esto un lunes?

— Tú. —decimos todos a la vez.

Él vuelve a gruñir y bebe todo el café de golpe. Si, solamente tenemos una hora para llegar a la universidad y seguimos aquí.

Todos a excepción de mí se bañaron para ocultar lo horribles que se ven. Los efectos de la resaca.

Lo positivo de todo es que yo no bebí, solo tiraba todo el tequila en un vaso que luego deseché sin levantar sospechas. Ahora estoy aquí, sumamente feliz y sin dolores de cabeza.

Lo único que creo tener es más sueño que hambre o ganas de vivir. Creo que esos supuestos siete minutos en el paraíso sirvieron como una excusa para irme a la cama no sé ni siquiera a qué hora. El hecho es que quiero seguir durmiendo.

— Mierda. —todos levantamos la mirada viendo a Ruggero.— Buenos días y adiós.

— Adivino, estás llegando tarde.

— Extremadamente tarde. —admite tomando una manzana.— Hasta la tarde.

Él sale del departamento y nosotros volvemos a centrar la atención en las tazas de café que tenemos frente a cada uno.

Creo que Maxi es el más afectado, el pobrecito estaba intoxicado ayer. Y ahora creo que va a morir.

Queremos negarnos a ir o algo por el estilo, pero la cena responsable de mi primo hace que tengamos que seguirlo.

Julia y Giovanna van en un auto mientras yo acompaño a mi primo en el suyo. Vamos en silencio, completamente absortos en nuestros propios mundos.

Pero como siempre, no podía quedarse callado y termina tocando el tema que no quería recordar.

— ¿Qué pasa con Manuel? —genial, ahora tengo que pensar en eso.— ¿Estás bien después de lo que publicaron en el blog?

— No es la primera ni la última vez que me sucede.

— Yo sé que no estás bien.

— Perfecto, ¿Ahora también sabes cuándo me siento bien y cuándo me siento mal? —respondo agresiva.— No tenemos nada que hablar. La rubia quiere jugar, y voy a enseñarle a hacerlo. De eso no dudes.

— Karol....

— No, a mi no me digas nada. Fue la perra quien empezó. Y a Manuel... A él solo le espera la mejor parte.

Él solo suspira y prefiere guardar silencio porque sabe que no va a lograr nada insistiendo. Es difícil considerando que estoy más molesta que nunca.

Mi relación con Manuel se ha basado en eso desde que cumplí los dieciséis.

Louise supo muy bien cómo meterse a la cabeza de quien se supone es mi novio. La persona con la que voy a compartir el resto de mi vida en solo un año.

¿Por qué tiene que insistir tanto en buscarlo? En atormentarme como me atormenta.

Una vez en la universidad me bajo avisándole que probablemente no voy a esperarlo a lo que él asiente y besa mi frente pidiéndome que me calme. Pero no puedo. Simplemente no puedo.

Julia pronto se acerca siendo seguida de Giovanna y me pide que revise mi teléfono. Cosa que hago encontrándome un martirio más.

— Así que... Todo el mundo sabe que soy la cornuda. —digo al notar que existe un blog de chismes de la universidad.— ¿Cómo una universidad de este nivel permite algo así?

Italian BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora