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— Tu familia es la mejor. Me encantan.

— Y tú les encantas a ellos sin duda. —dice acomodando las mantas.— ¿Ves por qué el mudo entero piensa que es muy fácil quererte?

— No sé si el mundo entero piensa eso. Pero me basta con que tus padres piensen que soy una mujer adecuada para su hijo.

Ocupo un lugar a su lado en la cama y él se ríe mientras apaga todas las luces y le pone seguro a la puerta. Era obvio.

Cuando se acuesta a mi lado me apego más a él y dejo que mi cabeza descanse en su pecho. Hoy habíamos tenido el mejor día de todos.

Paseos en las calles italianas, juegos de mesa y una cena en familia que me hizo sentir más integrada que nunca. Ellos en serio son unos ángeles.

— Subí la fotografía que nos tomamos a mi historia. —musita enseñándome su teléfono.— Y hay personas que piensan que te ves muy bien formando parte de mi familia.

— Y tú de la mía. —admito recordando los mensajes que recibí cuando subí ese video a mis historias. No hay nada más lindo que saber que nuestra vida juntos comienza a hacerse cada vez más real.— ¿Cómo te hace sentir eso?

— No sé. Es extraño porque se suponía que seríamos solamente una relación más. Pero creo que solamente falta que nuestras familias se conozcan.

— Para ser sincera, nunca le di tantas esperanzas a esto. —susurro dejando los teléfonos en la mesita de noche.— Pero me gusta esta vida contigo.

— A mí también, hasta ahora, hemos probado cómo sería una vida juntos de verdad y me gusta mucho.

Asiento de acuerdo con su pensamiento y me dedico a repartir besos en su mentón y cuello. Él por su parte acaricia mi cintura y cuela sus manos por debajo del buso de mi pijama.

Yo solamente disfruto de su tacto, de la manera tan delicada en la que me hace el amor sin importar en dónde estamos.

Disfruto de él como cada noche, y cuando me quedo dormida, lo hago sabiendo que no pudo llegar una mejor persona a mi vida.

Soy tan afortunada de ser su novia.

A la mañana siguiente, me contacto por mensaje con mis amigas para ponerme al tanto de lo que sucede en la universidad mientras Ruggero acompaña a su madre al supermercado.

Me igualo en lo que puedo y me dedico a estudiar sabiendo que esta es mi semana final.

La próxima comienzo con los exámenes y poco a poco mi primer semestre termina.

Planeo pasar las vacaciones en México con mi familia. Y probablemente invite a la de Ruggero para que por fin se conozcan.

Nada me haría más feliz.

Cuando tomo un descanso en el estudio noto que hoy Ruggero y yo cumplimos dos meses de noviazgo.

Y normalmente yo no celebro los meses de noviazgo, de hecho creo que festejo más los aniversarios. Pero con Ruggero tengo el deseo de festejarlo todo en caso de que no exista un aniversario.

Así que busco ideas en línea, y cuando encuentro una que personalmente me encanta, me pongo manos a la obra.

Claro que mi regalo estará esperándolo para cundo volvamos a casa, pero valdrá la pena.

— Llegamos. —yo dejo el cuaderno un lado y me pongo de pie para saludarlos.— ¿Qué hiciste en nuestra ausencia?

— Estudié un poco y me puse al día. —explico ayudando a Antonella con las bolsas.— ¿Y ustedes? Traen muchas más bolsas de lo que esperaba.

Italian BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora