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Sábado catorce de febrero.

Mi primer San Valentin sin pareja. Debería estar muy triste.

Pero la verdad es que la falta de pareja ha hecho que mi idea sea mucho más interesante. Ya no voy a sorprender a mi novio, pero si a un amigo.

Estuve muchos días intentando encontrar a la familia Pasquarelli. Y cuando lo hice, convencerlos de venir hasta aquí fue difícil.

Claro está que hay heridas por cerrar. Pero ante mi punto de vista. Deberían hacerlo juntos. No alejados el uno del otro.

Son una familia que tiene mucho por vivir aún así que tenemos que pensar en eso.

Me sorprende ver que estoy lista desde muy temprano. Quiero sacar a todos de la casa cuanto antes.

Incluso yo debo irme. El chiste es que Ruggero esté solo con su familia. Que hable con ellos y que admita que no está solo.

— Ya, mujer. Deja de empujarme. —insiste Agustín.— Mira, tu decisión de sorprenderlo es genial, pero no he dormido lo suficiente todavía.

— Lo harán en el departamento de Julia y Giovanna. Los están esperando.

— No sé cómo voy a mantener a Agathe lejos de Ruggero todo el día. No me agrada para nada. Y me quiero morir.

Yo solo le sonrío pero él rueda los ojos mientras Maxi y Agathe vienen con sus cosas. Al menos no preguntan, solo se van.

Cosa que agradezco de sobremanera, pues esto es lo que quería desde el principio.

Agathe no está muy feliz con la idea, pero Agustín se ha encargado de convencerla y aquí estamos. Ellos a punto de irse y yo cerrándoles la puerta en la cara.

En cuanto me fijo que todo esté bajo control, reviso los mensajes corriendo hacia la habitación cuando veo que ellos está a solo media hora de distancia.

— ¡Todo el mundo arriba! —grito lanzándome sobre él.— Arriba, Roberto Mamerto. Hoy es un gran día.

— ¿Por qué me molestas tan temprano? —gruñe pero lo ignoro tirando de su mano hasta meterlo al baño.— No quiero bañarme.

— Pareces un niño. Ve a bañarte que hoy es un día especial y no quiero sentir que apestas.

— No.

— No me hagas desnudarte, Ruggero.

— Adelante.

Ruedo los ojos ante su cinismo y cierro la puerta dejando que se bañe mientras busco en el armario la ropa adecuada para él.

Camisa, plantón y zapatos formales, corbata y chaqueta de cuero es lo que elijo para él.

Tiendo la cama y abro las cortinas dejando que el sol entre a la habitación. Y en cuanto él sale dejo que se vista mientras reviso entre los perfumes el adecuado para la ocasión.

Poco después está listo, afeitado y muy bien vestido para volver a ver a su padre. Lo cual me emociona porque si, la familia es lo más importante de la vida.

— San Valentin es el día del amor. —digo mientras lo veo quitarse la corbata y deshacerse de los tres primeros botones. —Y no hay nada que una persona ame más que su familia.

— Karol....

Levanto la mano pidiéndole silencio, y en cuanto la puerta es tocada, tomo su mano llevándolo a la sala.

Le pido que se siente y cubro sus ojos con una bufanda antes de correr por el pasillo dispuesta a abrir.

Tres personas se asoman frente a mi, los que supongo son sus padres, y su hermano, quien parece ser más grande que las torres gemelas.

Italian BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora