Cuando me levante a la mañana siguiente la sala común de Gryffindor se encontraba más silenciosa de lo que había estado últimamente, y muchos bostezos salpicaban las desganadas conversaciones. El pelo de Hermione volvía a estar tan enmarañado como siempre, y ella confesó que había empleado grandes cantidades de poción alisadora; «pero es demasiado lío para hacerlo todos los días», añadió mientras rascaba detrás de las orejas a Crookshanks, que ronroneaba, Presidente Besos estaba en mi regazo, yo con pijama y con una taza de leche caliente.
Ron y Hermione parecían haber llegado al acuerdo de no tocar más el tema de su disputa. Volvían a ser muy amables el uno con el otro, aunque algo formales. Ron y Harry nos pusieron al tanto sobre una conversación entre Madame Maxime y Hagrid, donde Hagrid admitió que era un semigigante.
—Bueno, era un poco obvio—me encogí de hombros—. No podía ser un gigante puro, porque miden unos siete metros de altura.
—Pero, la verdad, esa histeria con los gigantes... No creo que todos sean tan horribles. Son los mismos prejuicios que tiene la gente contra los hombres lobo.No es más que intolerancia, ¿verdad?—dijo Hermione.
—Es algo mas complicado que eso, hay hombres lobo malos y hombres lobos buenos, todo depende de la persona o gigante.—me encogi de hombros, pensando en ayer en la noche, cuando me di cuenta que no todos los Slytherins eran como Malfoy.
Daba la impresión de que a Ron le hubiera gustado dar una respuesta mordaz, pero tal vez no quería empezar otra discusión, porque se contentó con negar con la cabeza cuando Hermione no lo veía. Había llegado el momento de pensar en los deberes que no había hecho durante la primera semana de vacaciones. Todos parecían mas relajados sin embargo una vez paso la navidad recordé la conversación que había escuchado, que Alastair Lefay estaba por venir tal vez a la segunda o a la tercera prueba. No quería decirle a Harry ni a ninguno de mis amigos, ya que ellos se lo dirían a Harry y el estaba muy ocupado con el huevo, no quería preocuparlo con esto; estábamos yo y Morgana en esto.
Y así llegó el primer día del segundo trimestre, todavía había una gruesa capa de nieve alrededor del colegio, y las ventanas del invernadero estaban cubiertas de un vaho tan espeso que no se podía ver nada por ellas en la clase de Herbología. Con aquel tiempo nadie tenía muchas ganas de que llegara la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, aunque, como dijo Ron, los escregutos seguramente nos harían entrar en calor, ya fuera por tener que cazarlos o porque arrojarían fuego con la suficiente intensidad para prender la cabaña de Hagrid. Sin embargo, al llegar a la cabaña encontramos ante la puerta una bruja anciana de pelo gris muy corto y barbilla prominente.
—Dense prisa, vamos, ya hace cinco minutos que sonó la campana —gritó al vernos acercarnos a través de la nieve.
—¿Quién es usted? —le pregunté siendo un poco grosera.
—¿Dónde está Hagrid?—preguntó Harry.
—Soy la profesora Grubbly-Plank —dijo con entusiasmo—, la sustituta temporal de su profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas.
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Laila Scamander y El Torneo De Los Tres Magos
Fanfiction#4 «Soy Laila Scamander Black» Después de rescatar una antigua piedra, luchar contra un Basilisco y volver en el tiempo, Laila Scamander pensó que su cuarto año sería un nuevo comienzo. Con las dudas de su origen resuelto dirías que podría tener cie...