35: Cedro

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Una vez reanudadas las clases, resultaba evidente que el resto del colegio, exactamente igual que Gryffindor, pensaba que era Harry el que se había presentado al Torneo

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Una vez reanudadas las clases, resultaba evidente que el resto del colegio, exactamente igual que Gryffindor, pensaba que era Harry el que se había presentado al Torneo. Pero, a diferencia de Gryffindor, no parecían favorablemente impresionados.
Los de Hufflepuff, que generalmente se llevaban muy bien con los de Gryffindor, se mostraban ahora muy antipáticos con nosotros. Bastó una clase de Herbología para que esto quedara patente. No había duda de que los de Hufflepuff pensaban que Harry le quería robar la gloria a su campeón.
También siendo que Harry era el campeón de Gryffindor, el lunes me vi en el espejo y decididi cambiar un poco, me concentré y arrugué un poco la nariz.

—¿Pelirroja?—me dijo una voz detrás mío, Hermione me estaba viendo confundida.

—Oficialmente este año Laila Scamander va a ser una hermosa pelirroja—dije agarrándome un mechón de cabello.

—¿Por que?

—¡Para apoyar a Harry!—dije mientras me lo cepillaba—. Siendo rojo el color de Gryffindor desde este día en adelante seré pelirroja.

Ernie Macmillan y Justin Finch-Fletchley, con quienes Harry solía llevarse muy bien, no le dirigieron la palabra ni siquiera cuando estuvieron trasplantando bulbos botadores a la misma bandeja, pero se rieron de manera bastante desagradable al ver que uno de los bulbos botadores se le escapaba a Harry de las manos y se le estrellaba en la cara. Ron también le había retirado la palabra. Hermione se sentó entre ellos, forzando la conversación; pero, aunque uno y otro le respondían con normalidad, evitaban el contacto visual entre sí.
Incluso la profesora Sprout lo trataba de manera distante. Y es que ella era la jefa de la casa Hufflepuff.

Casi fue un alivio tener Cuidado de Criaturas Mágicas, sin embargo también implicaba ver a los de Slytherin.
Trate de hablar con Morgana desde el domingo pero había sido imposible, le insistía e insistía pero no respondía, cómo si no estuviera en mi mente. También trataba de visualizarla a mi lado pero tampoco, le pregunté a Presidente Besos si podía verla a mi alrededor pero el respondió que no, y lo desesperada que debía estar para preguntarle a él. Trate de hacer contacto en la clase con Hagrid pero Morgana no contestaba.
Como era de esperar, Malfoy llegó a la cabaña de Hagrid con su habitual cara de desprecio.

—¡Ah, miren chicos, es el campeón! —les dijo a Crabbe y Goyle en cuanto llegaron a donde él podía oírlos—. ¿Han traído el libro de autógrafos? Tienen que darse prisa para que se los firme, porque no creo que dure mucho: la mitad de los campeones murieron durante el Torneo. ¿Cuánto crees que vas a durar, Potter? Mi apuesta es que diez minutos de la primera prueba.

Crabbe y Goyle le rieron la gracia a carcajadas.

—¿Que hay de ti Malfoy?—me acerque tanto que casi mi nariz se rozaba con la suya y tuve el placer de notar en sus emociones y pensamientos que lo puse nervioso—. ¿Cuanto crees que duras sin ser el hazmerreír? ¿Dos minutos?

Me alejé complacida cuando Hagrid salió de la parte de atrás de la cabaña con una torre bamboleante de cajas, cada una de las cuales contenía un escreguto bastante grande.
Para espanto de la clase, Hagrid explicó que la razón de que los escregutos se hubieran estado matando unos a otros era un exceso de energía contenida, y la solución sería que cada alumno le pusiera una correa a un escreguto y lo sacara a dar una vuelta. Lo único bueno de aquello fue que acaparó toda la atención de Malfoy.

Laila Scamander y El Torneo De Los Tres MagosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora