23: OOHHHH

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Feliz año!!!
Espero que todas sus metas se cumplan y sea un mejor año que el anterior!
Yo este año daré la Psu así que este año terminaré con muchos capítulos y memes...o una carta de suicidio!. Ahora disfruten el capítulo!

—Querido mío, que tú naciste claramente bajo la torva influencia de Saturno —dijo la profesora Trelawney con una leve nota de resentimiento en la voz ante el hecho de que Harry no hubiera estado pendiente de sus palabras.

—Perdón, ¿nací bajo qué? —preguntó Harry.

—Saturno, querido mío, ¡el planeta Saturno! —repitió la profesora Trelawney, decididamente irritada porque Harry no parecía impresionado por esta noticia—. Estaba diciendo que Saturno se hallaba seguramente en posición dominante en el momento de tu nacimiento: tu pelo oscuro, tu estatura exigua, las trágicas pérdidas que sufriste tan temprano en la vida... Creo que no me equivoco al pensar, querido mío, que naciste justo a mitad del invierno, ¿no es así?

Me atraganté con mi risa y comencé a toser.

—No —contestó Harry—. Nací en julio.

Ron se apresuró a convertir su risa en una áspera tos.

Media hora después la profesora Trelawney le dio a cada alumno un complicado mapa circular, con el que intentaba averiguar la posición de cada uno de los planetas en el momento de el nacimiento. Era un trabajo pesado, que requería mucha consulta de tablas horarias y cálculo de ángulos.

—A mí me salen dos Neptunos —dijo Harry después de un rato, observando con el entrecejo fruncido su trozo de pergamino—. No puede estar bien, ¿verdad?

—Aaaaaah —dijo Ron, imitando el tenue tono de la profesora Trelawney—, cuando aparecen en el cielo dos Neptunos es un indicio infalible de que va a nacer un enano con gafas, Harry...

—¿Que tienes tú?—me preguntó Harry.

—Uhh...Marte—dije frunciendo el ceño y entrecerrando los ojos—. Y...¿Es común que me toque el Sol?

—Es signo que alguien se va a creer el centro del universo...—dijo Ron, haciéndonos a todos reír, incluso a mi, fue bastante buena.

Seamus y Dean, que trabajaban cerca, se rieron con fuerza, aunque no lo bastante para amortiguar los emocionados chillidos de Lavender Brown.

—¡Profesora, mire! ¡He encontrado un planeta desconocido!, ¿qué es, profesora?

—Es Urano, querida mía —le dijo la profesora Trelawney mirando el mapa.

—¿Puedo echarle yo también un vistazo a tu Urano*, Lavender? —preguntó Ron con sorna.

Desgraciadamente, la profesora Trelawney lo oyó, y seguramente fue ése el motivo de que pusiera tanto trabajo al final de la clase.

—Un análisis detallado de la manera en que les afectarán los movimientos
planetarios durante el próximo mes, con referencias a su mapa personal —dijo en un tono duro que recordaba más al de la profesora McGonagall que al suyo propio—. ¡Quiero que me lo entreguen el próximo lunes, y no admito excusas!

—¡Rata vieja! —se quejó Ron con amargura mientras descendíamos por la escalera con todos los demás de regreso al Gran Comedor, para la cena—. Eso nos llevará todo el fin de semana, ya veras.

—¡Tenias que abrir la bocota!—le regañé—. ¿Puedo ver tu Urano?! ¡Eres un pervertido!

—¿Muchos deberes? —preguntó muy alegre Hermione, al alcanzarnos—. ¡La profesora Vector no nos ha puesto nada!

Laila Scamander y El Torneo De Los Tres MagosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora