CAPÍTULO SIETE.

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Escuchó la voz de Frank y se paralizó, se enderezó, aún con Isaac cerca de ella. Los pasos se alejaron, saliendo de la habitación, el sonrojo invadiendo su rostro ante la situación. Isaac aclaró su garganta, sonriendo un poco.

— Creo que debería dejarte descansar.

***

No había podido dormir en toda la noche, las imágenes de Isaac tan cerca de ella la tenían mal, no podía dejar de ver sus ojos azules, la forma en la que la tocaba o cómo la veía. Se bañó después de levantarse, bañó a sus hermanos y bajó a hacer el desayuno, aunque quizás sólo seria para ella pues los Bisen trabajaban desde el amanecer, y eso había sido hace dos horas, al no ver a nadie, se acurrucó con su hermano a ver la televisión mientras le daba el biberón a Lia.

Vio a Liam acercándose, limpiaba sus ojos adormilados, aún estaba en pijama.

— Buenos días Alice —murmuró, ronco por el sueño.

— Buenos días, Liam, ¿Tienes hambre?

Asintió, se sentó a un lado observando a Lia mientras comía.

— Es muy bonita.

— ¿Tú crees? Gracias.

— Sí, se parece a ti.

Sonrió, peinó los castaños cabellos de Liam con su mano. Este se acurrucó ante su toque. Thomas se había quedado dormido nuevamente, en medio de ella y Liam.

— Buenos días.

Escuchó la ronca voz de Isaac, este observó la escena mientras Zeus y Nicolás lo seguían, Nicolás se acercó, olfateando los pies de Lia. Zeus, por su parte, se mantuvo al costado de Isaac.

— Buenos días, Isaac, ¿No fuiste a trabajar?

— Salí a darle de comer a los animales solamente, mi padre no quería que te dejara sola.

— Oh, está bien, iba a hacerle algo de desayunar a Thomas y a Liam.

— ¿Quieres que te ayude?

— ¿Podrías ayudarme con Lia? Iré a hacer algo para los cuatro.

No tardaron mucho en el desayuno, Isaac los llevó al establo luego de que se vistieran, se sentía bien estando alrededor de los animales, especialmente los caballos.

Ella observó desde un poco lejos, cargaba a Lia y temía que algo fuese a pasar, Isaac cargaba a Thomas mientras Liam acariciaba a los caballos. Caminaron por los lugares cercanos, había gallinas, cerdos, Thomas parecía amar a los pollitos, hablaba con Liam sobre nombrarlos.

— ¿Hay vacas? —preguntó.

— Sí, ahora están pastando.

Pudo ver a un par de empleados mientras caminaban, algunos la veían, otros simplemente la saludaban amablemente. Pasaron una buena mañana, se estaba familiarizando con el calor de Isaac cerca de ella. Ninguno de los dos dijo nada de la noche anterior, aunque podía ver cómo la veía de vez en vez y se encontraba a sí misma observándolo hasta que él se giraba y la veía. Era una sensación bonita, podía sentir las mariposas en su estómago cada vez que él la encontraba mirándolo.

Caminaron de regreso a la casa.

— ¿Normalmente a qué hora comen?

— Comemos a las 2 o 3, depende del trabajo. Pero generalmente salimos a comer con Ben o pedimos comida.

— Van a dar las doce, creo que es buena hora para preparar algo.

— Sabes que no tienes que hacerlo, podemos pedir comida.

A L I C EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora