El día de trabajo estaba siendo muy cansado, las semanas se habían ido rápido, el cumpleaños de su hermano estaba a la vuelta de la esquina, más específicamente en dos días.
Ben había regresado a trabajar, su resfriado había mejorado, había hecho un sinfín de cambios en su hogar, cuando vio aquello, supo a lo que todos se referían con el "Ben no puede estar quieto nunca". Se sentó en una silla alta de la barra, se sentía cansada, sus pies la estaban matando, tenía sueño, demasiado sueño, pero apenas era la mitad del día, tenía un poco de dolor en el vientre aunque ni si quiera estaba menstruando, había días en los que odiaba ser mujer por sus molestos síntomas premenstruales.
Escuchó la campanilla y se giró, Marcus de nuevo entraba acompañado de sus dos hermanos que ahora sabía que eran gemelos. Se acercó a la mesa, era la única que podía atenderlos.
El gemelo que conocía como Malik, la miró por unos cuantos segundos mientras Marcus observaba el menú, Mael simplemente parecía estar solo físicamente ahí.
— Entonces tú eres la hija de Olivia —comentó.
Un "desafortunadamente" estaba en la punta de su lengua, pero a ellos no les importaban sus desgracias.
— Sí —asintió.
Marcus no la miraba, era como si no existiera para él luego de lo que le había dicho, o pensaba que era por eso.
— Vaya, cualquiera podría decir que son hermanas.
— Me han dicho mucho eso antes.
El gemelo sonreía.
— ¿Puedo tomar su orden?
Anotó la orden en la pequeña libreta, se retiró a dejarla en la ventanilla de servicio, los gemelos la veían, podía verlos por el rabillo del ojo.
¿Es que todos los hombres en el Triple M eran mujeriegos o coquetos? Tenía esa impresión, aunque Isaac le había dicho que no. Cómo si hubiese invocado, un hombre alto y bastante bien parecido entró al restaurante, sabía que era hermano pues tenía mucho parecido con los que estaban sentados en la mesa, aunque esté se veía un poco más maduro, pero, de cualquier forma, podía ver la amabilidad irradiando de sus ojos.
Se sentó en la mesa con ellos, lo que la hizo regresar a tomar su orden.
— Buenos días, ¿Desean ordenar algo más?
El hombre alzó la mirada hacia ella, sonreía amablemente.
— Buenos días, quiero un especial, por favor.
Se quedó de pie un momento, bueno, él parecía ser el hermano que los mantenía a raya, era amable y educado, tal vez aquello deberían aprenderlo los otros tres sentados a un lado.
Regresó a la ventanilla, Ben la observaba desde la barra como comúnmente hacía.
— Ese es Micah —Le dijo Ben en un susurro.
— Es muy guapo.
Ambos entraron en la cocina.
— Lo es, y amable, no digo que los otros chicos sean malos, pero de todos Micah es un pan de Dios.
Observó por la ventanilla, el hombre reía de lo que Malik contaba, Marcus parecía un poco más relajado.
De alguna u otra forma tenía curiosidad por conocer al padre y a los hermanos faltantes, todos eran demasiado guapos, varoniles, ¿Cómo sería el padre?
— ¿Su padre es igual de guapo?
Ben sonrió.
— Ah, Joshua —negó sonriendo—. Semental, ranchero, guapo como el infierno.
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A L I C E
RomanceSERIE BISEN HILLS UNO NOVELA TERMINADA. Abandonada, perseguida por las deudas de droga de su madre, con dos niños a cargo y sin un lugar adonde ir, Alice Selleck va de pueblo en pueblo buscando refugio de los mafiosos que buscan que pague por la deu...