CAPÍTULO CATORCE.

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Entró en la habitación luego de que Isaac se despidiera, tenía que ir a la ciudad a arreglar algunas cosas con la madre de Liam, pero le había pedido que hablara con su madre sobre la casa que le había ofrecido. Lo había pensado mucho y la verdad es que era lo mejor, por lo menos iba a estar en un lugar de alguien conocido.

Se detuvo en el marco de la puerta al ver a su mamá alimentando a Lia mientras Thomas observaba la televisión, escuchó cómo le cantaba suavemente mientras la arrullaba caminando de un lado a otro.

El dolor se instaló en su pecho, si su madre no se hubiese perdido en las drogas y el alcohol, las cosas serían muy diferentes, pero no sabía si en verdad lo lamentaba, después de todo le había dado a Lia, ella amaba demasiado a su hermana. Recordó también las peleas que tuvo con ella cuando se enteró de su embarazo, la forma violenta en la que había reaccionado, quitándole la prueba de embarazo y jalándole los cabellos.

¿Cómo alguien que en realidad era así iba a cambiar de la noche a la mañana?

Olivia ni si quiera le había dado una oportunidad a su hija recién nacida, ella había sido la primera en tomarla en sus brazos, en darle un nombre, la primera en alimentarla cuando su madre no había podido.

Lia había sido hecha a un lado tan pronto como llegaron a su casa, Olivia se había adentrado en su habitación a beber todo lo que su embarazo no le permitió. Ni si quiera Anthony se acercó a ver a su hija. Olivia no la conocía, Olivia no la merecía.

Sintió la necesidad de arrancarla de sus brazos, Lia era suya, Thomas también lo era, ni si quiera merecía que le dijeran madre cuando los había hecho a un lado.

Quería gritarle que no los merecía, que si en verdad los quería tanto como decía hacerlo, que entonces diera media vuelta y saliera del pueblo y los dejara en paz. Pero Thomas estaba ahí y él no merecía ver y escuchar eso.

Entró al baño para cambiar su ropa interior. Ahora Lia estaba repitiendo. Dejó un beso en su cabeza.

— Tengo que hacer algunas compras.

— ¿Quieres que vayamos? —preguntó su madre.

— Sí, para que Thomas salga a caminar un rato.

Olivia asintió, ella comenzó a preparar a su hermano.

— Isaac me prestó una casa —dijo, no esperaba que su madre opinara sobre ello, sólo estaba avisándole.

— ¿Estás bien con eso?

— Hubiese preferido encontrar algo por mi cuenta, pero está cerca de aquí y ya tiene todo lo que necesitamos.

— Entonces está bien —respondió su madre, colocándole una diadema a Lia.

Se centró en arreglar a su hermano y se dirigió a la puerta para salir, Olivia la detuvo sosteniendo su brazo, se giró para verla.

— Al, gracias por darme esta oportunidad, te juro que no te voy a fallar.

Negó, ella realmente esperaba no estar tomando la peor decisión de su vida.

Caminaron por el pueblo, entraron al supermercado que solía frecuentar desde que llegó al lugar, el hombre parecía ser mayor, pero no lo sabía en realidad, se veía bastante bien cuidado, sus ojos rasgados le hacían querer preguntarle su nacionalidad, pero sabía que eso podría ser grosero o malinterpretarse.

Compraron pañales, leche en polvo y cosas que sus hermanos necesitaban, así como algunas otras más cosas, sabía que tenía que regresar cuando se mudara a la casa de Isaac, incluso hacer una despensa para que pudieran cocinar y tener comida para sus hermanos, mientras recorría los pasillos recordó que sobre la recomendación que le habían hecho sobre llevar a Thomas a una escuela o una guardería para niños de su edad, su hermano necesitaba hacer más amigos y comenzar a socializar con más niños. Iba a investigar eso a fondo, pues todavía no confiaba en la idea de dejarlos solos con su madre.

A L I C EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora