Park había perdido la esperanza en sus relaciones anteriores, hasta que sin saber cómo había caído flechado por una chica.
El único problema era que ella apenas era una niña de diecisiete y él un tipo de veinticinco.
❛ ♯:₊˚🎀 ۪*ૢᝂ
;;𝑫𝒆𝒕𝒂𝒊𝒍�...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Puedo ir? ¿Puedo ir? ¿Puedo ir? —Suni apretó la camisa de su hermano mayor con fuerza mientras hacía un pequeño puchero.
—Te he dicho que no.
—¡Por favor! Prometo no ir a la sección de dulces, ¡Lo juro! —juntó sus manos esperanzada.
Jungkook suspiró y rodó los ojos con una sonrisa.
—Ponte un suéter. —ordenó y esta miró su vestimenta, no le veía nada malo a la playera blanca y falda azul tableada. —Hace frío, no te quejes.
Pero aun así corrió de vuelta a su habitación para sacar de su armario un suéter que de casualidad le quedaba dos tallas más grande color azul. Tal vez había olvidado devolverlo a su dueño, pero nadie se molestaría por usarlo. ¿Cierto?
—¡Estoy lista, Jungkook!
Corrió al portón y salió junto a su hermano de la casa.
—¿Cuándo compraste ese suéter? Te queda enorme. —habló su hermano mientras respondía algunos mensajes en su celular.
—Ya he tenido suéteres así, —mordió algo fuerte su labio inferior para ocultar la risa que trataba de salir. —¿Puedo conducir el carrito está vez? —cambió de tema.
—Sabes que sí, solo no atropelles a las personas. —despegó la vista de su celular para enseñarle algo en este.
—¿Qué es eso? ¿Una invitación? —sus ojos se agrandaron. —¡Una invitación a la exposición anual! —gritó bastante emocionada.
—Pero tú no vas a ir.
Abrió la boca ofendida mientras dejaba de dar saltos en su lugar, ya no había alegría en su cuerpo, solo molestia y tristeza.
—Pero...
—No puedo cuidarte, tengo que ayudar en la exposición de arquitectura. —sabia cuando su hermana anhelaba ir, pero simplemente no podía y sus padres jamás estaban cerca para cuidarla o si quiera verla.
Está asintió derrotada antes de seguir caminando, por suerte no faltaba mucho.
"No puedes cuidarme, tssch, tengo diecisiete, tal vez no sea mayor de edad, pero puedo evitar perderme por una tonta universidad.", pensó antes de rodar los ojos.
Apenas llegaron la menor se encargó de tomar el carrito de supermercado antes de seguir a su hermano quien iba pasos adelante dirigiendo la búsqueda.
—¿Tenemos condimentos?
—No tengo la menor idea. —respondió antes de empujar el carrito un poco para que echará lo antes mencionado.
—¿Y qué tal carne?
—No lo sé, dímelo tu. —se encogió de hombros y empujó de nuevo para que hiciera la misma acción.
