Park había perdido la esperanza en sus relaciones anteriores, hasta que sin saber cómo había caído flechado por una chica.
El único problema era que ella apenas era una niña de diecisiete y él un tipo de veinticinco.
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El día estaba perfecto, puestitos de feria en todas las zonas verdes mientras cada alumno se encargaba de dar pequeños folletos de su estancia.
Jeon estaba tan entretenida mirando todo desde una punta que no se dio cuenta que sostenía la mano de JiMin mientras jugaba con su meñique nerviosamente.
—A este paso vas a hacer que crezca. —bromeó haciendo que Jeon se sonrojara algo apenada.
—Lo siento mucho.
—¿Quieres ir a echar un vistazo? —sin pensarlo dos veces asintió. —¿Puedes hacerlo sola?
—No te preocupes, ¡Suerte! —besó su mejilla para despedirse y empezó a correr hacia los demás puestos demasiado emocionada.
A pesar de que la mayoría era de exposiciones no faltaban las pequeñas muestras de comida y uno que otro pequeño juego que tenía que ver con su carrera.
"¡Tal genial! Y lo hubiera sido más si mi hermano estuviera aquí.", pensó.
Hizo un mueca paradejar en segundo plano ese pensamiento y disfrutar lo más que se pudiera.
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Después de jugar uno que otro juego, agradeciendo los regalos decidió caminar lejos de aquel puesto para guardar en su mochila algunas cosas que había recolectado que los alumnos le daban.
"¡Eres tan tierna! Toma este regalo, ¡Vuelve el siguiente año!", recordó antes de reír.
Se sentó en una banca solitaria para poder acomodar un peluche que había conseguido gracias a unas amables chica que le apretaban las mejillas a cambio de ello. ¡Es tan lindo el pollito!
Colocó nuevamente la mochila en su hombro y empezó a caminar mirando los demás puestos con una sonrisa.
Justo había uno para explotar globos y tenías que responder preguntas de arquitectura.
—¡Yo quiero jugar! —alzó su brazo mirando al chico de espalda a ella que asentía con la cabeza preparando la siguiente ronda.
Frunció sus cejas al mirar su perfil, su rostro era familiar, bastante diría ella.
