nineteen

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Ambos hermanos caminaban de un lado a otro en busca del pasillo de detergentes, había pedido indicaciones, pero aún después de minutos no lo encontraban

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Ambos hermanos caminaban de un lado a otro en busca del pasillo de detergentes, había pedido indicaciones, pero aún después de minutos no lo encontraban.

Habían comprado cosas a su paso, nadie podía resistirse a unas ofertas tan tentadoras.

Al cabo de media hora por fin había descubierto el pasillo de detergentes, definitivamente no volverían a comprar en esa nueva tienda, todo estaba lejos.

—Busca el de dos colores, con envase rosita y con un botón rojo que aprietas para que salga.

Con esa magnífica explicación la menor se dispuso a buscarlo, no había necesidad de detallar como eran, pero era un recordatorio a su memoria.

—¿Sirve el azul de dos colores con el mismo botón rojo? —preguntó mientras lo sacaba con fuerza, era pesado su contenido.

—El azul no saca bien la mugre, deja eso por allá.

Volvió a colocar con mucha fuerza en su estante aquel pesado líquido envasado para seguir mirando.

Todos eran blancos, azules y hasta amarillos, pero ninguno con un envase rosa justo como querían.

Excepto aquel envase del último estante hasta arriba.

—¡Jungkook! ¡Ahí hay uno! —gritó feliz.

Su hermano no tardó en llegar con una mueca al notar el lugar alto, su familia era alta, él también, pero exageraban al poner tan alto un estante cuando la mayoría de la población era de un tamaño promedio más bajo.

—Sostén el carrito del otro lado, trataré de sacarlo de ahí.

La menor se aferró de un lado de carrito mientras esperaba que no se volteara o algo al tener más peso del lado de su hermano.

El mayor se impulsó del carrito pisando y un pequeño brinco para estirarse y ¡Sorpresa! Por un buen milagro el envase estaba suficientemente salido para tomarlo.

Festejaron al salir victoriosos y salieron de ahí cuanto antes, no tenían planeado pasar más tiempo ahí con los pasillos tan lejos del otro.

Tomaron las bolsas y empezaron a acomodar todo en la parte trasera del auto.

Hasta que un sonido hizo que la menor dejara su tarea y revisara su celular que acababa de sonar.

Tenía un mensaje del chico de cabello rubio, tuvo cuidado y tomo distancia de su hermano para dejarlo terminar.

"¿Sucede algo, Minie?"

El contrario escribía rápidamente sin perder tiempo.

"Te tengo una respuesta a lo que hablamos ayer, Suni."

No escribió, dejo que terminara de escribir lo que tuviera que decir.

Sus mejillas se colorearon de un rojo intenso al leer la respuesta.

"Si con eso puedo protegerte, lo haré, así como tú lo hiciste conmigo, Princesa."

Sonrió antes de echar una mirada a su hermano quien había terminado de acomodar las pocas compras que había hecho.

"Me cuidarás y yo a ti... Genial, Minie."

Guardo su celular después de despedirse rápidamente, entró en el asiento del acompañante con una sonrisa.

—¿Lista?

—Vamos a casa, estoy cansada.

Apenas llegará a casa lo menos que haría sería descansar, charlaría con su pareja falsa cuánto pudiera y le haría sonreír de mil maneras.

Porque a pesar de ser "falsa", se sentía como una verdadera y eso le hacía sentir bien. Se sentía protegida.

Corregido finalmente

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Corregido finalmente.

A Boy Stranger «PJM; BTS»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora