A Boy Stranger «PJM; BTS»

sixteen

Abrazó con agilidad su delgado y pequeño cuerpo mientras al mismo tiempo unos brazos delgados envolvieron fuertemente su cuello y sintió un sollozó en su cuello que le hubiera causado cosquillas si no hubieran estado en un ambiente tenso y triste.

—¿Vamos al auto?

Preguntó en un diminuto susurro y no tardó mucho en avanzar con el pequeño cuerpo en sus brazos al escuchar la respuesta sin fuerzas que recibió.

La tuvo que soltar para que entrará al auto mientras hipaba tratando de contener el llanto y limpiaba su rostro.

—¿Ocurrió algo malo? —ella negó. —¿Estás bien? ¿Nadie te hizo nada? —volvió a negar.

—So-solo fue un... día malo. —aclaró y sorbió su nariz. —Lo siento.

—Descuida, vamos al parque. ¿Te parece? Compraremos un helado y haremos nuestro día mejor. —sonrió el rubio antes de dar marcha a su camino.

Estaba decidido a arreglar el día de ambos con un buen helado, una charla y tal vez muchos abrazos.

Se sentaron en una banca unos metros alejados de los juegos para niños que se encontraban ahí.

En clima estaba bastante bien para comer un helado sin morir en el intento.

—¿Estas mejor?

Ella asintió un poquito para luego negar, rindiéndose.

—Estoy calmada, pero me sigo sintiendo mal, JiMin... —puchereó antes de suspirar. —¿Y tú? ¿Estás mejor?

Un gran suspiro se escuchó. —Me encuentro igual que tú.

Jeon asintió antes de extender sus brazos para abrazar el torso del chico en busca de consolarlo torpemente.

—¿Por qué hoy salió todo mal, ¿eh?

—No lo sé.

El viento empezó a soplar lentamente incrementando su ritmo de golpear la larga cabellera de la chica mientras se aferraba del cuerpo ajeno quien intentaba cubrirla del frío.

Los sollozos se hicieron presentes de parte de la menor, le había contado lo mal que lo había pasado en el colegio a Park quién tenía una pequeña sonrisa llena de tristeza, no le había gustado verla de esa forma.

El rubio obligaba a su mente olvidar esos estúpidos pensamientos que siempre le hacían pensar lo peor, estaba cansado.

Apretó fuertemente sus ojos mientras su respiración empezó a entrecortarse poco a poco hasta el punto de no poder evitarlo.

—¿JiMin...? —intentó separarse para ver qué sucedía, pero una mano en su cabeza le impidió sacarla de dónde estaba. No lucho mucho, solo se quedó con lágrimas analizando aquella respiración que hace segundos era tranquila.

—Es mi risa... descuida, princesa. —mintió mientras acariciaba su espalda reconfortando a la menor.

—¿R-risa...?

La joven seguía sollozando bajita mientras se cuestionaba en ese momento como alguien podría reír. Realmente Park era algo diferente. Aunque muy en el fondo de su cabecita, pensaba que estaba derramando lágrimas, así que decidió no insistir mientras lo abrazaba con el doble de fuerza para que se sintiera mejor.

Pero no es que fuera diferente, simplemente odiaba que le vieran llorar y más si esa persona fuera alguien cercana.

Fingir está riendo mientras lágrimas rodaban por sus mejillas a montón, realmente no había sido su día de suerte.

De ninguno de los dos, en realidad.

Le dio una mordida a su paleta congelada antes de sonreír.

—¿Mejor?

Le respondió con un asentimiento y una gran sonrisa con los ojos bastante brillosos.

—Mucho, gracias por recogerme... —agradeció. —estar aquí mejoró mi día bastante.

—Escribirnos fue la mejor opción.

Se sonrieron unos momentos antes de reír.

—¿Lo de mañana sigue en pie, cierto?

—¡Claro! Haremos el pequeño picnic, JiMin.

Volvieron a comer sus helados y paleta respectivamente mientras dejaban que el día pasará con un ambiente mejor.

La hora de regresar a casa se acercaba, pero no había auras tristes, solo felicidad esperando con ansias el pequeño picnic que harían mañana.

—Nos vemos mañana, JiMin.

Sacudió con una sonrisa su mano mientras empezaba a caminar en dirección a su colegio, si todo iba bien llegaría a la hora de la salida.

—Nos vemos, princesa.

Y por primera vez Jeon pudo analizar las palabras que le decía, le había dicho princesa dos veces, pero solo había notado esta última.

Quería volver a escuchar ese apodo con tantas ansias y no sabía por qué.

Tal vez porque ahora era la princesa de un lindo chico con una adorable sonrisa.

—¡Adiós Minie!

Gritó con fuerza logrando desestabilizar al rubio quien soltó una risa, ya esperaba el picnic con aquella princesa.

Definitivamente ese día mejoró miles de veces más sin importar cuál horribles fueron las personas que los rodeaban. Solo necesitaba un abrazo y una sonrisa de aquella chica para hacerlo sentir mejor.

Corregido finalmente.