A Boy Stranger «PJM; BTS»

twenty-three

El mayor de los hermanos Jeon saco del armario un bonito suéter azul especialmente suyo y tallas más grande para terminar de arreglar a su hermana con su toque final quien se miraba frente al espejo, notando como los rastros de golpes seguían ahí con una mirada llena de tristeza y vergüenza.

—¡Quedaste preciosa! —su hermano se colocó a un lado y besó su mejilla con mucho cuidado de no lastimarla. —Te tendrán envidia esas chicas de tu escuela, siempre eres bonita, sacaste los mejores genes al igual que yo.

—Gracias... —Suni suspiro más animada antes de dirigirse a la puerta para tomar camino hacia el colegio.

Sabía que en ese momento no era muy bonita, había perdido una sonrisa, pero amaba que su hermano le subiera el ánimo de cualquier forma.

—¿Es enserio? No puede decirme que usted no tenía la mínima idea de todo el problema montado en ¡sus propias instalaciones! —la menor de los Jeon agachó su cabeza al escuchar como levantaba su voz, en sus diecisiete años aún no se acostumbraba a los gritos de su hermano.

—Lo siento, muchacho, per...

—¿Muchacho? Soy y he sido el tutor y responsable de mi hermana durante los pasados cinco años y jamás me habían tratado como un chiquillo de once. ¿Entiende lo que trato de decir, señor?

—Le pido una disculpa, pero no tengo idea de que hubo una pelea entre mis alumnos, menos entre femeninas.

—Bien, me encargaré de explicarle por mí mismo. —su mirada cayó en el rostro de la menor y luego en el director. —¿Acaso no tiene ojos para ver lo lastimada que está mi hermana por la pelea de ayer? Se supone que los alumnos de último grado deben proteger a los de nuevo ingreso...

Y ahí fue donde dejó de escuchar, había tenido muchos problemas, su hermano ha sido tan bueno y siempre que podía la protegía para que ella terminé decepcionando su persona una y otra vez.

No merecía un hermano con un corazón tan bueno y generoso.

No merecía un hermano que podría patear el trasero de los que le hicieran daño.

Pero aquí estaba, viendo como las cejas de su hermano se fruncía tanto y como aquellos grandes ojos que compartían se oscurecen casi al punto de querer matar al director con la mirada.

Nada podía quitar la mirada molesta del rostro de su hermano, excepto las palabras del director.

—Haré que venga la responsable.

La menor entró en pánico, no quería que dijera que todo fue por un chico de universidad, ¡De la misma edad que su hermano!

—No. No lo hará, quiero hablar con su tutor al respecto.

—¿No cree que sea mucho?

Jeon Jungkook el chico con más calma en toda su universidad estalló.

—¿¡GOLPEAR A MI HERMANA ES MUCHO?!

A este paso Jungkook terminaría mandando a la mierda los documentos y objetos en el escritorio del director.

—¡Por favor guardemos la calma!

—Si quiere que guarde la bendita calma, haga una cita con los padres de esa chiquilla. —finalizó Jungkook antes de poner sus manos en el escritorio de director. —Lo esperaré pacientemente afuera, no quiero presionarlo.

Una sonrisa tétrica y el mayor tomo la mano de su hermana para sacarla de ahí, para tomar asiento en las sillas que estaban fuera de la oficina.

—¿Siempre es así ese calvo? —habló con un tono gracioso.

—Supongo que sí. —se encogió de hombros y miró su calzado con unas bonitas y azules calcetas.

Eran de sus favoritas.

—¿Hay algún buzón de quejas por aquí? —miró a su hermano y este tenía su nariz arrugada mirando con detenimiento el lugar.

—Lo hay, en la entrada de la escuela. ¿Pondrás una?

—Claro que sí, ¿A quién se le ocurre llamarme muchacho con veinticinco años? —Jungkook agitó su cabeza ofendido, aunque no iba enserio.

Logró sacarle una carcajada de esas que solo la familia Jeon tenía, una muy graciosa.

"Podría demandar a ese tipejo", pensó Jungkook.

—¡Jungkook! Que cosas dices. —cubrió su rostro y dejó caer su cabeza en el hombro del mayor.

Su brazo rodeó los hombros de la menor en un improvisado abrazo y beso sus cabellos negros.

—Gracias por defenderme...

—Gracias a ti por decirme lo que te paso.

El corazón se estrujó y se apegó más a él con la intención de que la culpa se fuera.

Odiaba la culpa.

Corregido finalmente.