fifty-five

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La primera semana después de ese incidente no fue la mejor, se notaba la tensión en casa y evitaban hablar si no era necesario

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La primera semana después de ese incidente no fue la mejor, se notaba la tensión en casa y evitaban hablar si no era necesario.

Al final Jungkook tuvo que decir absolutamente todo acerca de su relación.

Sus padres recibieron una llamada sobre su próximo viaje, sería dentro de unos días, pero decidieron cancelarlo por completo.

Claro, todavía no confiaban en sus hijos.

—Vamos de compras.

—No quisiera ir, tengo proyectos que realizar. —se excusó Jungkook enseñando papeles en la mesa regados.

—¿Y tú, Suni? ¿También tienes proyectos? —cuestionó su padre alzando una ceja.

Era claro que la quería cerca de ellos para vigilar sus acciones y evitar que siquiera mire todo lo que tenga internet. En pocas palabras todo.

Negarse solo haría que se ganará una buena reprenda y si estaban de mal humor unos jalones de cabello.

—Voy por mi suéter. —avisó y antes de empezar a subir las escaleras escuchó los pasos de su madre detrás suyo.

—Vete abrigada y cámbiate esa falda por un pantalón. —ordenó antes de quedarse en la puerta. —Anda.

Sin hacer esperarlos mucho se cambió de forma veloz para apresurarse e ir al centro comercial.

—¿Tu hermano pidió algo para su proyecto? —ambos miraron a su hija y ella asintió con la lista de su hermano en la mano.

—Pegamento sobre todo y alguna lámina extra. —conocía el trabajo de su hermano, era impecable pero siempre habría algún error.

—Compremos eso y sigamos con la lista.

Apenas terminaron las compras se dirigieron al auto.

—Mamá, ¿Puedo comprar un cono de helado? —ella accedió y apenas su padre estacionó se bajó.

—Te acompaño.

A pesar de sus palabras no escuchó sus pisadas, supuso que no pudo vigilarla y corrió hacia la heladería.

—Dos helados, menta con chocolate y fresa. —ordenó amablemente antes de recibir el recibo de compra.

—¿En cono o vaso?

—El de menta en vaso y el de fresa en cono. —especificó antes de mirar alrededor buscando algo con que distraerme.

Sus ojos notaron una cabellera rubia de espaldas al otro lado de la tienda.

Eran dos chicos.

Eran JiMin y Dawon tomando unos helados, los mismos que había pedido casualmente.

Dio un paso al frente con la intención de ir a ellos, pero JiMin empezó a negar.

Entendió un "no lo hagas" muy directo, no sabían qué pasaría si se vuelven a acercar sin que sea como lo prometieron. Pero JiMin no estaba dispuesto a saberlo.

—Señorita, aquí tiene sus helados.

Giró bruscamente y vio cómo estaban envuelto los helados listos para llevar.

Agradeció y al voltear su madre estaba detrás suyo con la misma expresión desde ese día, amargada.

—Apúrate. —tomó su brazo y la menor soltó un quejido por la fuerza. —Te tardaste mucho.

—Pero fue la e-empleada. —chilló al ser sacada de ahí, enserio quería ver por última vez a ambos chicos, pero Minie tenía razón, no debía arriesgarse.

Abrió la puerta del auto y entró tan rápido como pudo antes de dejarse caer rendida.

Si su papá y mamá querían que evitará a toda costa a JiMin y su familia, pues no lo haría.

Ellos quieren que se olvidé de él, ellos quieren ganar.

Pero lamentablemente ella odiaba perder.

Pero lamentablemente ella odiaba perder

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Corregido finalmente.

A Boy Stranger «PJM; BTS»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora