-¡La tiene...! ¡Krum la tiene...! ¡Ha terminado! -nos informó Harry, aún a gritos.
Krum, con la cara y pecho bastante manchados de sangre, se elevó en el aire, con aquel característico resplandor dorado de una snitch. El tablero de puntuaciones anunció: BULGARIA: 160; IRLANDA: 170. La multitud aún no parecía haberse enterado de lo que había sucedido, y luego lentamente comenzó a retumbar un bramido enorme, que crecía y crecía hasta que finalmente se convirtió en un montón de gritos de alegría.
-¡IRLANDA HA GANADO! -voceó Bagman, tan desconcertado como los demás-. ¡KRUM HA ATRAPADO LA SNITCH, PERO IRLANDA HA GANADO! ¡Dios Santo, no creo que nadie se lo esperara!
Claro que hubo alguien que sí.
-¿Y para qué atrapó la snitch? -exclamó Ron, mientras daba saltos en su asiento, aplaudiendo con las manos sobre la cabeza-. ¡El muy idiota ha dado por finalizado el partido cuando Irlanda les sacaba ciento sesenta puntos de ventaja!
-Se dio cuenta de que no los alcanzarían -lo justificó Harry, también aplaudiendo con todas sus fuerzas-. Los cazadores de Irlanda son demasiado buenos. Quiso terminar lo mejor posible, eso es todo...
-¿Acaso el espíritu de Ron te poseyó y también te enamoraste de Krum, Harry? -me reí a su lado y él me frunció el ceño, y luego sonrió.
-Estuvo magnífico, ¿verdad? -dijo Hermione, asomándose hacia adelante , mientras un grupo de medimagos se abría camino hacia Krum entre los leprechauns y las veelas, que aún estaban peleándose-. Está en pésimo estado...
Harry tomó sus omniculares y se apresuró a ubicar a Krum en el campo. Yo no me molesté en hacerlo. Incluso desde nuestra altura pude ver como el buscador búlgaro apartaba a los medimagos que se le acercaban, con su manera hosca de andar. Por otro lado, a poca distancia, los jugadores de Irlanda bailaban de alegría bajo una lluvia dorada, arrojada por sus mascotas. Por todo el estadio sonaba el himno de Irlanda, y las veelas habían recuperado se aspecto habitual, aunque estaban cabizbajas.
-"Vueno", hemos luchado "vrravamente" -dijo una voz detrás de nosotros, la cual no había escuchado hasta ese instante. Miré hacia atrás, y era nada más ni nada menos que el ministro búlgaro.
-¡Usted habla nuestro idioma! -dijo Fudge, ofendido-. ¡Y me ha tenido todo el día comunicándome por gestos!
-"Vueno", eso fue muy "divertida" -dijo el ministro búlgaro, encogiéndose de hombros. Abrí la boca con sorpresa, admirando el sentido del humor de aquel caballero.
-¡Y mientras la selección de Irlanda da una vuelta de honor al campo escoltada por sus mascotas, llega a la tribuna principal la copa de quidditch! -voceó Bagman.
De repente, una cegadora luz blanca que bañó la tribuna me hizo cerrar los ojos de golpe y luego parpadear varias veces, antes de abrir los ojos por completo y ver como dos magos, jadeando, transportaban una gran copa de oro hasta Fudge, que aún parecía indignado por haber estado comunicándose a través de señas sin razón.
-Dediquemos un fuerte aplauso a los caballerosos perdedores: ¡la selección de Bulgaria! -gritó Bagman.
Y subiendo por las escaleras, aparecieron los desanimados jugadores búlgaros, mientras toda la multitud empezaba a mirar hacia donde estábamos, y les aplaudía. Uno a uno ellos fueron desfilando entre las butacas, mientras Bagman los nombraba. Los jugadores estrecharon la mano a su ministro y luego a Fudge. Krum venía último, y realmente se veía muy mal, su cara estaba llena de sangre y solo sus ojos relucían entre ella. En su mano aún estaba fuertemente sujetada la snitch.
Luego de un par de minutos subió el equipo de Irlanda. Moran y Connolly llevaban a Lynch. EL segundo golpe que recibió parecía haberlo dejado bastante aturdido, y tenía los ojos desenfocados. Pero sonrió de todas maneras cuando Troy y Quigley levantaron la copa en el aire, y la multitud aplaudió estruendosamente, incluida yo.
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Charlotte y el Cáliz de Fuego
ФанфикCon una tristeza profunda en el corazón, Charlotte empezará su cuarto año en Hogwarts, aunque no tendra mucho tiempo de entristecerse, con lo que vendrá con el tiempo. Además de tener que cambiar de apellido por los peligros que corre, pero ¿será lo...