Capítulo 40

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Al día siguiente, no pude evitar despertarme bastante más tarde de lo usual, pero me tranquilicé inmediatamente al ver como ninguna de las otras chicas había bajado aún. Como no podía dormirme otra vez, y empezaba a sentirme incómoda sin hacer nada en mi cama, decidí levantarme en silencio y sentarme frente a la chimenea.

Dentro de la poca gente que había despierta en la sala común, solo se podían rescatar bostezos por aquí y por allá, y alguna conversación desganada que terminaba rápido. El estómago me rugió, así que comencé a bajar al comedor, esperando que ya hubiera desayuno.

Al llegar abajo, también vi a muy pocas personas sentadas a las mesas de las casas, puestas en sus lugares otra vez. Aunque eso sí, las conversaciones de estos grupos sonaban más animadas que las anteriores, seguro por ya haber comido. Me senté en un extremo de la mesa de Gryffindor, y luego de haberme servido un buen desayuno, me pude dar cuenta que sobre todo de la mesa de Slytherin me llegaron varias miradas fulminantes de diversas chicas. Suprimí una sonrisa y luego llegaron los chicos, Hermione con su usual cabellera, Ron bostezando, y Harry restregándose los ojos. Parece que Ron y Hermione tenían uno de esos acuerdos que hacen en donde forman una tregua, porque se sentaron junto a mí en la mesa y después de que se alimentaron apropiadamente, me informaron de lo que habían estado hablando en el camino.

Resulta que durante el baile, Harry y Ron abandonaron el Gran Salón y se dirigieron hacia un grupo de caminos entre los rosales de los terrenos, en el cual primero se encontraron a Snape y a Karkaroff hablando sospechosamente sobre huir de Hogwarts, y luego escucharon a Hagrid hablando con Madame Maxime sobre algo que no me sorprende, pero tampoco puedo decir que me lo esperaba. Resulta que Hagrid se puso a hablar de su infancia; de como su madre abandonó a su padre y a él cuando él era pequeño, como su padre en consecuencia fue quien lo crió, aunque falleció luego de que nuestro amigo entró a Hogwarts. Otro detalle que mencionó fue, que él es un semigigante, por parte de su ausente madre. Ante esto último Hermione y Ron pusieron cara de funeral, y Harry se puso serio, pero yo no lo entendía del todo.

-¿Qué tiene que Hagrid sea un semigigante? -les pregunté con algo de confusión.

Harry soltó una risita mientras Ron me rodaba los ojos.

-Lo mismo que Harry -soltó un suspiro y luego me explicó-. Los gigantes son violentos por naturaleza, Lottie -abrí la boca para reclamar por algo pero Ron se me adelantó-. Hagrid no significa ningún peligro para nosotros, desde luego, pero no creo que sea lo mismo con los demás. En fin, los gigantes se estaban extinguiendo y los aurores mataron a muchos. Aunque la mayoría de los que queda están ocultos en montañas.

-Bien, lo capto -asentí-. Pero ya que estamos hablando de gente grande, ¿Madame Maxime no sería algo parecido también?

-Según ella es de "esqueleto grande" -me dijo Harry-. Pero creo que te imaginas que en realidad ella es como Hagrid también.

-Yo ya me lo imaginaba -dijo Hermione encogiéndose de hombros-. Sabía que no podía ser un gigante puro, porque miden unos siete metros de altura. Pero, la verdad, esa histeria con los gigantes... No creo que todos sean tan horribles. Son los mismos prejuicios que tiene la gente contra los hombres lobo. No es más que intolerancia, ¿verdad?

Como la mayoría del tiempo Hermione tenía el mismo efecto que McGonagall sobre mí, mi instinto automático fue asentir a su idea, aunque no podría decir exactamente que concordaba con ella en realidad. Es decir, solo creo que comparar gigantes con hombres lobo es demasiado. Y daba la impresión de que Ron tampoco estaba de acuerdo con ella, pero quizás queriendo evitar algún conflicto innecesario, se limitó a negar con la cabeza en el momento en que ella miró hacia otro lado.

A lo largo del día, al no haber clases, me concentré en completar todos los deberes que había dejado de lado por tener la cabeza en otro lado. Me sorprende lo mucho que las cosas se pueden llegar a acumular en tan poco tiempo. Me preguntó como lo harán los chicos. Aunque eso no era lo único, al menos no en mi caso. También estaba el huevo de oro, nuestra pista para la segunda prueba. Aún no tengo idea de muchas cosas. ¿Acaso Harry y yo volveremos a participar como equipo? Las circunstancias me hacen pensar que sí, al solo haber un huevo, pero no estoy del todo segura. Además está el hecho de que ni Harry ni yo tenemos ni idea de como descifrar aquel horrible sonido que emite. Por lo menos hasta donde yo sé.

Charlotte y el Cáliz de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora