No pude moverme. ¿Qué les había pasado? ¿Por qué llegaron así? ¿Dónde habían estado? ¿Por qué Harry lloraba? ¿Por qué Cedric no se levantaba?
Volví en mí solo cuando un montón de gente me pasó a llevar con la intención de acercarse a Harry, Cedric y ahora también al profesor Dumbledore, que estaba agachado junto a ellos. Aunque poco después también se les unió el ministro, Fudge. Al ver esto, supuse que algo grave habría pasado, así que me abrí paso entre la gente y llegué hasta al frente de todo.
-¿Qué ocurre? ¿Qué ha sucedido? -preguntaba el ministro. Pasó su mirada desde el director, a Harry y luego a Cedric-. ¡Dios...Dios mío, Diggory! -exclamó-. ¡Está muerto, Dumbledore!
¿Qué? No, claro que no, Cedric no podía estar muerto... No, no, él debía volver con sus padres y... y con sus amigos para que supiera que... que estaban orgullosos de él. ¿Por qué... por qué la gente seguía repitiéndolo? No...
-Suéltalo Harry -escuché que Fudge le decía, pero Harry hizo caso omiso de sus palabras.
-Ya no puedes hacer nada por él, Harry. Todo acabó -le dijo el profesor Dumbledore-. Suéltalo.
Él aún no lo soltaba.
Si Cedric de verdad había... si él de verdad estaba... Solo Harry podría decirme la verdad, él era el único que aclararía todo de una buena vez.
-Quería que lo trajera -musitó Harry, con una voz con tanto dolor que hizo que se me formara un nudo en la garganta-. Quería que lo trajera con sus padres...
-De acuerdo, Harry... Ahora suéltalo.
El profesor Dumbledore se inclinó y levantó a Harry del suelo, dejándolo de pie. ¿A qué se refería Harry con que Cedric quería que lo trajera con sus padres? Ambos ganaron, ambos tomaron la copa, y ambos estaban bien, a menos... a menos que...
La gente se empezó a empujar entre ellos, tratando de ver todo. Si me llegaron a golpear a mí no lo sentí, ni lo vi. Las lágrimas que caían de mis ojos emborronaban todo a mi alrededor, y solo podía escuchar las voces de algunas personas.
-¿Qué ha sucedido? ¿Qué le ocurre? ¡Diggory está muerto!
-¡Tendrán que llevarlo a la enfermería! -dijo Fudge en voz alta, pero a nadie podía engañar, al menos a nadie que lo hubiera visto ya-. Está enfermo, está herido... -afirmaba a la multitud-. Dumbledore, los padres de Diggory están aquí, en las gradas...
Sentí que el latido de mi corazón se escuchaba cada vez más fuerte, sin permitirme oír mucho más, apenas unas palabras sueltas. Alguien hablando de llevar a alguien a un lugar, gente llorando y gritando, el profesor Dumbledore disipando lo mejor que pudo la multitud. Aunque yo me quedé en mi lugar, no me sentía capaz de dar ni un solo paso, y tampoco me movió nadie por unos instantes. Hasta que de repente, sentí como algunas manos tiraban de mí.
-Lottie, ven por favor, vamos a la enfermería -me decía la voz de una chica. Creo que era Hermione.
-Lottie... -aquella voz la reconocí de inmediato. Era de Oliver, y me volteé de inmediato hacia él, soltándome del agarre de las demás manos.
-Me mentiste -le dije apuntándole con un dedo, con la voz quebrada y dejando que más lágrimas me cayeran por la cara-. Me prometiste que todo estaría bien, y no lo está... ¡Me mentiste!
-Lo siento, Lottie, de verdad lo siento -me dijo con tristeza tratando de acercarse a mí, y tratando de que no se le rompiera la voz, aunque tenía los ojos llorosos.
-Me mentiste... -murmuré una última vez, dejándome caer al suelo.
Oliver se sentó junto a mí y lo dejé abrazarme y acariciarme el cabello, mientras yo seguía llorando, ya sin frenarme más.
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Charlotte y el Cáliz de Fuego
FanfictionCon una tristeza profunda en el corazón, Charlotte empezará su cuarto año en Hogwarts, aunque no tendra mucho tiempo de entristecerse, con lo que vendrá con el tiempo. Además de tener que cambiar de apellido por los peligros que corre, pero ¿será lo...