Aquella noche, Harry, Ron, Hermione y yo fuimos a buscar a Pigwidgeon a la pajarera de las lechuzas para que Harry y yo le enviáramos a Sirius una carta con los acontecimientos recientes, o sea, el enfrentamiento con el dragón. Como Harry quiso hacerle un relato detallado de como fue la cosa, me contenté con escribirle una posdata diciéndole que las cosas habían mejorado y que estaba feliz con la reconciliación de los chicos.
Por el camino, Harry le informó a Ron de todas las cosas que Sirius nos había dicho, excepto lo que yo ya le había contado. Y aunque al principio Ron parecía impresionado con lo de Karkaroff siendo un antiguo mortífago, cuando ya entrábamos a la pajarera se extrañó de que no lo hubiéramos sospechado desde un principio.
-Todo encaja, ¿no? -dijo-. ¿No se acuerdan de lo que dijo Malfoy en el tren sobre que su padre y Karkaroff eran amigos? -pero que memoria tiene-. Ahora ya sabemos de dónde se conocen. Seguramente en el Mundial iban los dos juntitos y bien enmascarados... Pero les diré una cosa: si fue Karkaroff el que puso sus nombres en el cáliz ahora mismo debe estar sintiéndose un idiota, ¿no les parece? No le funcionó muy bien, ¿verdad? Apenas recibieron rasguños. Y Lottie un nuevo corte de cabello -se rio-. Ven acá, yo lo haré.
Pig estaba demasiado emocionado ante la perspectiva de enviar una carta. Estaba volando en círculos alrededor de la cabeza de Harry, así que Ron lo atrapó en el aire y lo sujetó mientras Harry le ataba la carta a su patita. Quizás la carta sea demasiado grande para que la lleve.
-No es posible que el resto de las pruebas sean tan peligrosas como esta... ¿Cómo podrían serlo? -siguió Ron, acercando a Pigwidgeon a la ventana-. ¿Saben qué? Creo que podrían ganar el Torneo, chicos, se los digo en serio.
-Aww, que tierno eres -le dije, rodeándole los hombros y apretujándolo un poco.
Hermione, por su parte, se apoyó contra la pared de la pajarera con los brazos cruzados y con el ceño fruncido.
-A Harry y a Lottie les queda un largo camino por recorrer antes de que termine el Torneo -declaro con mucha seriedad, justo al tiempo en que yo soltaba a Ron-. Si esto fue la primera prueba, no me atrevo a pensar qué puede venir después.
-Eres la esperanza personificada, Hermione -le reprochó Ron, mientras yo en el fondo, le daba la razón a mi amiga-. Parece que te pusiste de acuerdo con la profesora Trelawney.
Arrojó a Pig por la ventana, y este cayó unos cuantos metros antes de remontar el vuelo. Ya decía yo que la carta era muy grande para su cuerpecito. Lo observamos desaparecer y luego, Ron dijo:
-Bueno, será mejor que bajemos para su fiesta sorpresa, chicos. A estas alturas, Fred y George ya habrán robado suficiente comida de las cocinas.
Y tal y como Ron nos lo había dicho, apenas entramos a la sala común, todos rompieron en gritos y vítores. Todo el mundo nos saludaba y se acercaba a hablarnos, y a diferencia del recibimiento que tuvimos la noche en que nuestros nombres salieron del cáliz, esta me pareció muy reconfortante, y no me molestó nada ser parte de la fiesta.
Había montones de tortas y botellas grandes de jugo de calabaza y cerveza de mantequilla sobre cada mesa. Lee había encendido algunas de aquellas bengalas del doctor Filibuster que prendían con la humedad, así que el aire estaba cargado de chispas y estrellitas. Dean por su parte, que era excelente dibujando, había colgado unos estandartes nuevos que eran maravillosos, la mayoría de los cuales representaban a Harry y a mí esquivando al dragón, aunque unos cuantos mostraban a Cedric con la cabeza en llamas...
Harry se sirvió comida y se encargo de que yo me sirviera también, para luego sentarnos con Ron y Hermione. A pesar de todo el asunto del Torneo, estaba muy contenta y en mayoría se debía a volver poder estar los cuatro juntos sin que hubieran peleas, solo riendo y charlando.
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Charlotte y el Cáliz de Fuego
FanficCon una tristeza profunda en el corazón, Charlotte empezará su cuarto año en Hogwarts, aunque no tendra mucho tiempo de entristecerse, con lo que vendrá con el tiempo. Además de tener que cambiar de apellido por los peligros que corre, pero ¿será lo...