Una vez que todos los platos quedaron vacíos, el profesor Dumbledore volvió a ponerse de pie, y todo el comedor quedó en silencio, preguntándose que sucedería a continuación. Unos dos asientos lejos de nosotros, estaban Fred y George sin despegar los ojos del director.
-Ha llegado el momento -anunció Dumbledore, sonriendo-. El Torneo de los Tres Magos va a dar comienzo. Me gustaría pronunciar unas palabras para explicar algunas cosas antes de que traigan el cofre...
-¿El qué? -dijo Harry. Le di con mi codo para que siguiera escuchando.
-...sólo para aclarar en qué consiste el procedimiento que vamos a seguir. Pero antes, para aquellos que no los conozcan, permítanme que les presente al señor Bartemius Crouch, director del Departamento de Cooperación Mágica Internacional -hubo un aplauso cortés-. Y al señor Ludo Bagman, director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos.
Se notó bastante que la bienvenida de Bagman fue mucho más cálida que la de el señor Crouch, probablemente por su previa fama en el quidditch, además de que tenía un aspecto mucho más simpático.
-Los señores Bagman y Crouch han trabajado sin descanso durante los últimos meses en los preparativos del Torneo de los Tres Magos -continuó Dumbledore-, y estarán conmigo, con el profesor Karkaroff y con Madame Maxime en el tribunal que juzgará los esfuerzos de los campeones.
Ante la mención de la palabra "campeones", empezaron los murmullos de emoción, que el profesor Dumbledore pareció percibir, porque sonrió cuando dio su siguiente orden:
-Señor Filch, si tiene usted la bondad de traer el cofre...
Filch se acercó a Dumbledore con una gran caja de madera con joyas incrustadas que parecía ser extraordinariamente vieja. Todo el mundo quería ver de que se trataba, e incluso Dennis se puso de pie en su lugar, pero era tan pequeño que su cabeza apenas sobresalía de las demás.
-Los señores Crouch y Bagman han examinado ya las instrucciones para las pruebas que los campeones tendrán que afrontar -dijo el director mientras Filch colocaba cuidadosamente el cofre en la mesa, ante él-, y han dispuesto todos los preparativos necesarios para ellas. Habrá tres pruebas, espaciadas en lo que queda del año escolar, que medirán a los campeones en muchos aspectos diferentes: sus habilidades mágicas, su osadía, sus dotes de deducción y, por supuesto, su capacidad para sortear el peligro.
O sea que es probable que traigan a otro Fluffy. Seguro Hagrid estaría encantado con ello.
-Como todos saben, en el Torneo compiten tres campeones -continuó Dumbledore tranquilamente-, uno por cada colegio participante. Recibirán un puntaje que dependerá de la perfección con la que lleven a cabo cada una de las pruebas, y el campeón que después de la tercera prueba haya obtenido el puntaje más alto, se alzará con la copa de los tres magos. Los campeones serán elegidos por un juez imparcial: el cáliz de fuego.
Dumbledore sacó su varita y golpeó tres veces con ella la parte superior del cofre. La tapa se levantó lentamente con un crujido, y el profesor introdujo una mano para sacar un gran cáliz de madera toscamente tallada. No habría sido tan llamativo de no ser porque estaba lleno hasta el borde de unas temblorosas llamas de color blanco azulado. El profesor cerró el cofre y colocó el cáliz sobre la tapa, con lo que pudimos apreciarlo mejor.
-Todo aquel que quiera proponerse como campeón tiene que escribir su nombre y el de su colegio en un trozo de pergamino con letra clara, y echarlo al cáliz -explicó Dumbledore-. Los aspirantes a campeones disponen de veinticuatro horas para postularse. Mañana, festividad de Halloween, por la noche, el cáliz nos devolverá los nombres de los tres campeones a los que haya considerado más dignos de representar a sus colegios. Esta misma noche el cáliz quedará expuesto en el vestíbulo, accesible a todos aquellos que quieran competir.
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Charlotte y el Cáliz de Fuego
FanficCon una tristeza profunda en el corazón, Charlotte empezará su cuarto año en Hogwarts, aunque no tendra mucho tiempo de entristecerse, con lo que vendrá con el tiempo. Además de tener que cambiar de apellido por los peligros que corre, pero ¿será lo...