❦︎ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 42 ❦︎

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42. Cuentos de traidores, piedras y dragones.

Marzo 2018

Por unos momentos se quedaron en silencio, solo comiendo con tranquilidad. Casey podía imaginar que la curiosidad de Leandro era el doble que la de su otro acompañante, por eso decidió que lo explicaría todo de una sola vez. Bueno, no todo, pero sí lo más importante. Comenzó hablando para el humano, le contó de los ataques en busca de «Las Doce Piedras» –se limitó a mencionar los del instituto y el asalto a casas limbo– y de cómo Los Doce habían solicitado su ayuda –cuando el chico preguntó se limitó a decir que era el consejo de líderes. 

Le dijo también que ella y sus compañeros de año se mudaron con Cesare Dante, quien debía entrenarlos para proteger las reliquias de su mundo.

—¿Y esta es una de esas? –preguntó entonces el humano, señalando al cristal negro que había quedado frente a ellos tres en la barra. 

—Bueno, han ido a por ella –dijo Joshua—. Pero aquel hombre dijo que era la treceava y solo hay doce Signos, ¿no, Casey?

Ella asintió.

—Se supone que solo hay doce, sí, una que guarda el poder de cada Signo –dijo—. Entiendo que quiera las otras, digo, fueron el inicio del Zodiaco una vez y pueden volver a serlo –habló, su mirada concentrada en la piedra—, pero no hay un treceavo Signo y no tiene sentido que Gabriel vaya a por ella, pero estaba escondida como están las otras desde la última vez…

—¿La otra vez? ¿De qué hablas? –preguntó Joshua y Casey se dio cuenta que había hablado más allá de lo que el resto de los estudiantes sabían—. ¿Pueden volver a ser el inicio? ¿Cómo sabes todo eso, Casey?

Respiró hondo, ya no había vuelta atrás. 

—Darío Walker me contó y no es importante ahora por qué le pregunté. Solo sé que él y su año escondieron las piedras hace años para protegerlas de algún ataque de los humanos –habló con prisas—. Tengo buenos motivos para suponer que él, Cesare, Gabriel y Daniel Hunter eran del mismo año, un año del Dragón –removió sus macarrones.

—¿El año nacido en 1976? –dijo Joshua, sacando cuentas—. Quiero decir, ellos tienen como cuarenta, ¿no? Eso es como el anterior a nosotros no, el otro antes de ese.

Casey se encogió de hombros. Leandro solo los miraba, sin entender demasiado.

—Sí, supongo.

—Son del mismo año que el entrenador Ricardo –murmuró Joshua pensativo y ella asintió.

—Y que Olivia Moore –comentó ella a lo que el ceño del Acuario se frunció—. Gabriel Guillory también la atacó, pero no la mató, como a Ricardo.

—¿Quién es Gabriel Guillory? –preguntó Leandro oportunamente cuando ninguno de los dos dijo más. Hubo un pequeño silencio después de aquella interrogante, Casey dudaba cuál debía ser su respuesta. Por lo que ella sabía Gabriel era hijo de Leo, del año del Dragón, traidor del Zodiaco, trabajaba con humanos, había conseguido de su lado a un grupo de Signos desconocidos, pero también a Darío Walker y a Alicia, el árbol.

—Es un traidor –respondió Joshua al ver que ella no sabía explicarse—, trabaja con humanos en contra del Zodiaco. Es probablemente lo que somos ahora que te estamos contando todo.

Leandro removió los macarrones en su plato con incomodidad y Casey suspiró.

—No somos como Gabriel Guillory –explicó para su amigo—. Él fue quien dirigió el tiroteo en la escuela, iba en busca de una piedra escondida en los baños del gimnasio. No contó con que Ashton y yo estuviésemos ahí y tuvo que huir sin la piedra –se encogió de hombros sin más—. Volvió después, consiguió la piedra y tengo la impresión de que intentó convencer al entrenador Ricardo de unirse a él antes de dispararle.

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