xi. the storm

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1975 ― Vacaciones de Verano

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1975 ― Vacaciones de Verano

Cuando ocurrió el incidente al terminar su primer año, Selene creyó que no necesitaría hacer uso de sus guantes en el número doce de Grimmauld Place, pues al menos allí no debía esconder sus manos. Sin importar lo que pensaran, ya todos habían visto sus cicatrices millones de veces, y no había nada que les sorprendiera. No fue hasta la última semana de esas vacaciones que se dio cuenta de que no estaba segura ni siquiera en su propia recámara, sus abuelos les hicieron una visita inesperada y cuando Arcturus Black quiso tomar su mano para así besarle, la única salida que vio fue correr lo más rápido que pudo y encerrarse en un baño, y eso hizo.

Esa primera semana de las vacaciones de mil novecientos setenta y cinco, se tomó la libertad de rozar la madera de su vestidor sin que el cuero se lo impidiese. Estaría mintiendo si dijera que no disfruto cada segundo de ese maravilloso momento, como si fuese la primera vez que tocaba algo.

Ella no sabía que se descuidaría de la presencia de sus guantes cuando escuchó una extraña conversación en la planta baja, y mucho menos sabía que el primer contacto que tendría con la piel humana después de tanto años resistiéndose sería la muñeca de su madre, conteniendo la palma de su mano cuando estaba a centímetros de golpear a su hermano menor, quien ya tenía una pequeña herida sangrienta en la ceja. Se encontró dolida, y con el pulso yendo más rápido por cada segundo en que la adrenalina recorría su cuerpo.

Después de eso, la mansión de los Black se convirtió en un infierno y por lo mismo hogar de nadie. La adolescente y la mujer adulta se gritaron por unos minutos como nunca hacían por miedo a las consecuencias, con insultos y palabras hirientes de por medio. La única diferencia de la vez anterior que habían tenido un problema tan grande, era que Selene ya no le importaba lo que su madre podía hacerle, no cuando se sentía como la máxima gobernante de su vida y su futuro, no cuando todavía podía sacrificarse por quienes amaba.

Entonces, cuando la arrastraron a su habitación y le dieron su segundo castigo, a pesar de que fuese la experiencia más traumática y dolorosa de toda su vida, no emitió ni una queja y recibió cada corte no con gratitud, pero si con resignación, y lágrimas solo salían desde sus ojos por la reacción humana ante tal tortura.

Ya no le importaba si se lo merecía o no, lo único que pasaba por sus pensamientos mientras la mujer marcaba nuevamente su piel era que sus hermanos estaban a salvo.

Pasaba de la conciencia a un mundo paralelo sin dolor, tratando de identificar si aquello que manchaba sus sábanas era su propia sangre o salía de su imaginación, y se sintió como cuando vio al pobre Remus con el pecho herido.

— Mírame... Selene, por favor, te lo suplico.

— ¿Que les pasó? — exclamó una temblorosa voz conocida, casi idéntica a la de su mellizo, solo que más lejana, como si la escuchara desde un plano externo.

𝚂𝙲𝙰𝚁𝚂 ― james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora