𝚂𝙲𝙰𝚁𝚂 ― james potter

xviii. quidditch practice

1975 ― Quinto Curso

Habían mentido de nuevo. Parecía que por mucho que se convencieran de que ya no estaban en ese mundo, siempre volvían a caer. La diferencia estaba en que ahora no para proteger a Walburga y Orión, sino su propia estabilidad mental, emocional y además sus amistades. Y aunque las razones eran completamente comprensibles, Selene aún se sentía horrible por ello. Mary McDonald había visto a los hermanos abrazar a sus padres adoptivos y se preguntaba por qué habrían llegado junto a ellos. La peor parte fue que ella, sin dudar por un segundo o siquiera tartamudear, respondió que estaban de visita por las vacaciones, y que se habían llevado a un molesto Regulus con ellos para que no se aburriera en los eventos de sus padres. Lily solo la miró y la dejó seguir con la vil mentira que habían orquestado los cuatro hermanos antes de salir de la casa, porque no pensaba interrumpir ni arruinar la manera que ella tenía que comenzar con su nueva vida, Lily era una muy buena mejor amiga. Por supuesto, ella no sabía que ahora tenía unos nuevos tutores legales, pero sí sabía que la visita a los Potter no había sido tan amistosa como aparentaba.

Pero ignorando eso, la semana había seguido con normalidad. Porque eso es lo que eran, niños normales con vidas normales, dentro de lo normal que podía ser un mago o bruja. Pero toda esa fantasía acabó cuando Selene chocó de sorpresa con Narcissa Black, su prima, tan hermosa y elegante como siempre, pero con expresión decaída.

— ¡Sel! — exclamó con una gran sonrisa, y vio como todo su rostro se iluminó.

— Oh... Hola, Cissy — murmuró torpemente, dando un paso hacia atrás, sintiendo como sus mejillas se calentaban y su corazón latía con fuerza. Escondió sus manos vendadas y con guantes de cuero en los bolsillos de su túnica. No planeaba encontrarse con ella hasta sentirse lo suficientemente fuerte, de hecho, ni siquiera lo había pensado. Aunque por otro lado eso era mejor, pues si lo hubiese pensado tal vez no podría haberse subido al tren en primer lugar —. Me encantaría charlar, de verdad, pero estoy ocupada. Se supone que debo encontrarme con un amigo ahora.

Ese amigo era James Fleamont Potter, para ser exactos. Ese miércoles debían verse en el campo de quidditch, como habían acordado.

— Están actuando muy extraño — se mordió el labio, sin saber que decir ante esa acusación, pues no había nada que cuestionar —. Digo, Sirius siempre ha sido distante, pero ahora Regulus ni siquiera me mira, ¿y ahora tú me evitas? ¿Qué sucede? ¿Es por los rumores o por Andrómeda?

Si antes su corazón estaba alterado, ahora se había paralizado por completo. Se acercó para tener más privacidad, en temas de familia había que ser precavido.

— ¿Qué pasó con Andy?

— Vaya... Yo... Yo no quería darte las malas noticias.

— ¿Qué es lo que dices, Narcissa? Escúpelo de una vez. — la agarró por los hombros y la sacudió.

— Se fue de casa a finales del verano, no sabemos nada de ella. Dejó una nota, decía que no la buscáramos y que las cosas estarían mejor así. Mis padres ya no saben dónde buscar, están desesperados e insisten en que alguien se la llevó por la fuerza — Andrómeda había cumplido con lo que les había dicho hace unos meses, y a Selene le tranquilizó saber que no sabían de su paradero y muy probablemente se encontrara en esos momentos con su amante desconocido. Ella también lo había logrado, los cuatro eran libres de las garras de sus progenitores — ¿No sabes dónde está, o si está bien?