[ᴍᴀʀᴀᴜᴅᴇʀs ᴇʀᴀ]
Selene ha crecido bajo el techo y la tiranía de la familia Black, pero a diferencia de ellos, ella y su hermano Sirius siempre han estado en contra de su ideología purista y nunca han tenido miedo de defender su punto de vista. Por e...
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1975 ― Vacaciones de Verano
¿Cómo podían tener camas matrimoniales en las habitaciones de invitados? No era una pregunta que realmente importara, pero ella quería saber.
Los Black no tenían habitaciones de invitados tan grandes y bien cuidadas, a pesar de que eran adinerados como los Potter, porque nunca hospedarían a nadie dentro de esa casa, ni siquiera a su propia familia. Después de que los tres niños se fugaran, seguramente tendrían más espacio para recibir a los puristas que sí les agradaban.
Luego de pasar la noche entera asimilando todo lo que había sucedido el día anterior, sintió que finalmente tenía tiempo para ver donde estaba realmente. Y dentro de su campo de visión solo entraba una preciosa habitación, sin ninguna decoración especial pero acogedora para cualquiera que la viese. Se levantó de la cama hacia una ventana grande que le dejaba ver todo el campo que los rodeaba, o mejor llamado su patio trasero, se dio cuenta de que usaba un pantalón de pijama y una camiseta de manga corta.
Dio un pequeño salto en su lugar cuando alguien golpeó la puerta con suavidad, y esta se abrió dando paso a un azabache, luciendo más hogareño que de costumbre.
— Buenos días, ¿puedo entrar?
— Seguro, siéntete como en casa. — él le sonrió, de alguna manera eso le hizo sentir más cómoda de inmediato, eran amigos desde pequeños, así que supuso que eso era normal. Dejó el pequeño botiquín que cargaba con el sobre la cama, y ambos se sentaron sobre esta.
— Veo que te despertaste temprano.
— Me costó dormir, así que me rendí.
— Te acostumbrarás a estar aquí, ya verás. Vine a cambiarte los vendajes y ponerte un ungüento que preparó mi madre, ella era una curadora así que sabe de estas cosas — al ver que ella asintió, James abrió la caja con cuidado de no dejar caer nada al suelo —. En realidad ella quería venir para que nosotros no te molestemos, pero está un poco ocupada, aunque no tienes de que preocuparte, ella me enseñó cómo hacerlo.
— Bueno saber que no me matarás. — puso los ojos en blanco, aunque con la diversión haciéndose ver en sus pómulos levantados. Dejó tijeras, vendajes y un frasco sobre las sabanas con una especie de líquido violeta dentro. Él se arregló los anteojos y con concentración acercó su mano, para intentar tomar su brazo y cortar los vendajes. Cabe mencionar que este intento fue fallido, pues cuando apenas sus dedos se encontraban a centímetros de su codo, ella se alejó casi con desesperación. Cuando vio la preocupación en sus ojos, supo que no debió haber hecho eso.