i. the black hufflepuff

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1971 ― Primer Curso

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1971 ― Primer Curso


La ceremonia de selección no era solo un evento importante, sino el más importante de todos, especialmente para James Potter, quién había soñado con ese momento exacto durante toda su vida, ansiando a convertirse en un gran Gryffindor como su padre. No le importaba qué harían, si debía contestar preguntas o realizar algún hechizo, él estaba dispuesto a demostrarles a todos que era digno de la galante casa que llevaba tanto tiempo admirando. Y esperaba que los niños que había conocido en el tren le acompañaran, pues ya se llevaban de maravilla, como si se conocieran de toda la vida, como si estuviesen destinados a encontrarse y que solo la mismísima muerte en persona los separe.

Primero conoció a Sirius Black, un niño de piel pálida y cabellos oscuros y brillantes, que vestía con ropas caras pero las mantenía desordenadas a propósito para no parecer como esos niños mimados que todo lo que lograban era a base del dinero, él prefería pertenecer a cualquier casa antes que a Slytherin, porque pensaba que era para los estúpidos. Tuvieron una pequeña discusión con otro chico sobre esto, a quien le pusieron un ridículo apodo, y terminaron por hacer que los dos nuevos amigos salieran de aquel compartimiento soltando carcajadas y dejándolo solo a él y a una niña pelirroja que parecía muy irritada por su presencia.

Luego, llegaron a otro compartimiento donde se encontraban otros dos niños, sus nombres eran Remus Lupin y Peter Pettigrew, el primero era el más alto de los cuatro y al mismo tiempo el más tímido, tenía cabello castaño y unas pequeñas y blancas cicatrices que le recorrían parte del rostro y sus manos, James pensó que era porque tenía una mascota y le mencionó que le gustaban porque le hacían ver mayor y diferente de los demás, los demás estuvieron de acuerdo. A él no le importaba a que casa pertenecía, pero esperaba que en la que fuera le recibieran de buena manera ya que no quería tener que pegarse con nadie.

El último, en cambio, era el más bajo pero bastante espontáneo, solía levantar la voz cada vez que hablaba, sus dientes delanteros eran un poco más largos de lo normal y tenía un corte de cabello en forma de tazón que juraba su madre le había hecho, pero no se dejaría mucho tiempo puesto a que lo odiaba. El creía que nunca pertenecería a un lugar como Ravenclaw, donde se encontraban los más sabios y calculadores, pero prefería quedarse con ellos para así estar en las mismas clases y habitaciones.

Todos tuvieron una conexión especial desde el primer momento, compartiendo el gusto por las bromas pesadas y las travesuras, y prometiéndose que no pasarían la oportunidad de hacer una que otra sin importar las consecuencias que estas les traigan, realmente no les importaba pasar unas horas en detención por unos minutos de pura diversión.

— Lo siento, permiso, lo siento, solo quiero llegar allí, gracias. Aquí estás, Sirius — se escuchó una voz femenina haciéndose camino hacia ellos, y una niña de rubios cabellos llegó detrás de ella. Ya se encontraban frente a la mesa de los profesores en el Gran Comedor, por lo que se ganó algunas miradas no muy amistosas de los otros niños de su edad.

Definitivamente una Black, pero tiene su propio encanto, pensó James cuando se giró en su dirección, rápidamente analizando la forma de su rostro y cualquier cosa que la hiciera resaltar. Tenía un cierto parecido a Sirius, así que pudo asumir de inmediato que eran hermanos, tenían los mismos ojos grises y cabello que sin arreglar parecía bonito, pero a diferencia de él ella vestía elegantemente y no hacía nada para evitarlo, traía un vestido negro que le llegaba hasta arriba de las rodillas, zapatos con un pequeño tacón y la túnica de Hogwarts encima.

— Maldito seas, te subiste al tren y me dejaste sola con ellos. Al menos te despediste de Regulus, estaría devastado si le hubieses ignorado. Mamá y papá estaban diciendo las cosas más extrañas que he escuchado en mi vida — susurró con indignación, Sirius subió una de sus cejas con curiosidad y dejó que su hermana recostara su cabeza en su hombro, ella se veía realmente molesta —. Ir preguntando en cada compartimiento el estatus de sangre de las personas, eso es lo que dijo que debía hacer.

— ¡Eso es completamente ridículo, e imposible! ¿Tú dijiste algo?

— Les dije que ya no importaba lo que dijeran porque no podían controlarme en el colegio, aunque supongo que eso es algo obvio.

— Estaba esperando a que los mandaras a comer mierda, pero eso también está bien — James rió por lo bajo, nadie esperaba que esas palabras salieran de la boca de un niño de once años sin que su voz tiemble o se lo piense dos veces, pero eso para él estaba bien. Estaría mintiendo si dijera que nunca había dicho una grosería en su vida solo para sentirse un poco más rebelde, pero lo que le extrañaba era que para ellos era lo más normal del mundo —. Lamento dejarte, pero oye, ahora tengo amigos.

Los tres niños restantes, que habían escuchado todo el tiempo con mucha atención, supieron que era su momento de entrar a la escena, por lo que se giraron y le sonrieron a la niña, aunque James ya llevaba un rato mirándola. Se presentaron con ella dándole la mano.

— Selene Black — dijo con una sonrisa, al mismo tiempo que la profesora McGonagall la llamaba para pasar adelante y ser seleccionada por un viejo sombrero parlante. Aunque nadie esperaba que la ceremonia sucediera tan rápido, ella avanzó como si no le importara, conteniendo su mano de temblar, notando como dos de sus primas la miraban y saludaban con la mano desde la mesa de los Slytherin. Se sentó, y apenas el objeto tocó el borde de su cabeza soltó un alarido que sorprendió a todos los presentes y los hizo saltar en su lugar. Normalmente, y por lo que James había escuchado de su familia, la selección tomaba por lo menos unos segundos, así que ella realmente debía pertenecer a su casa.

— ¡Hufflepuff! —Sirius y James notaron que el miedo inundaba sus ojos, aparentemente aquella era una respuesta que no esperaba ni deseaba. De lo que sea que tenía tanto miedo, no había nada que pudieran hacer para solucionarlo, ella era oficialmente una Hufflepuff y nadie podía cambiar la decisión del sombrero. Selene se levantó temerosa y camino con lentitud hacia la mesa que le correspondía, y James se quedó en su lugar preguntándose que había causado que se espantase de tal manera.

𝚂𝙲𝙰𝚁𝚂 ― james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora