𝚂𝚌𝚊𝚛𝚕𝚎𝚝 𝙴𝚢𝚎𝚜.¹ || 𝙳𝚎𝚛𝚎𝚔 𝙷𝚊𝚕𝚎. || [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]

4. Let's play in the forest.

- ¿Vamos a meterlo ahí?- preguntó Avyanna.

Los demás la miraron y continuaron colocando hielos en la bañera. Reducirían el ritmo cardíaco de Isaac para así él podía recordar mejor lo que pasó aquella noche.

Las manos de Avyanna no continuaron oscureciéndose, al menos no a la vista. Lo que ella podía detectar era un pequeño hilo rojo que iba desde la punta de sus dedos, recorriendo su brazo izquierdo hasta llegar al corazón. Pensaba que tenía que ver con el encuentro con Melínoe, la sombra que había visto el otro día. Aún no quería comentar nada, tenían problemas más grandes.

- Si sientes que es demasiado no tienes que hacerlo.- el comentario de Derek sacó de trance a Avyanna.

- Aunque si lo haces, ayudarías a que no muramos.

- Stiles, creo que no se dice así.- él se encogió de hombros y tapó los ojos de Avyanna cuando Isaac se sacó la remera.- He visto más torsos desnudos que hombres lobo, déjame.- al sacar la mano de Stiles se encontró con la mirada de todos sobre ella.- Quiero decir...- Derek sonrió, burlón.- Hagan esa mierda, ya.

Isaac se metió a la bañera con los hielos y miró a Avyanna.

- ¿Me das un beso? Ya sabes, por si muero aquí dentro.- Deaton, Scott, Stiles y Derek volvieron a mirar a Avyanna.

- Claro, ¿por qué no?- se acercó a él y cuando lo vio cerrar los ojos, golpeó su mejilla con la palma de su mano.- Idiota.

Los cuatro rieron y sostuvieron el cuerpo de Isaac, manteniéndolo bajo el agua. Él intentó salir convertido en hombre lobo, con sus colmillos y sus ojos amarillos.
Stiles se acercó para ayudarlos, aunque su fuerza fuera casi nula.

- ¡Avyanna!- gritó Derek. Ella estaba viendo como los demás hacían su parte y se acercó.- ¡Sostenlo!

Enrolló las mangas en sus brazo y, con una fuerza inexplicable, sostuvo a Isaac ella sola debajo del agua. Los demás se alejaron, viendo como sus ojos se ponían rojos.

- Ella...- susurró Scott. Derek puso la mano sobre su boca, obligando a que guarde silencio.

Isaac aún se removía bajo ella, pero rugió en su cara y su cuerpo quedó quieto, sumergido en el agua. Sus ojos volvieron a la normalidad y se alejó de la bañera, cayendo en el suelo con la vista negra.

- Agh, ya me cansé de hablar contigo.

- ¿Qué...?

- En serio, eres insoportable.

- ¡Melínoe!- gritó una voz ajena.- Trata bien a nuestra familia.

- Macaria, juro que...

Eran dos chicas parecidas entre sí. Una tenía el cabello castaño y un vestido dorado, pero la otra... la otra usaba un vestido blanco y negro, al igual que su cabello. Estaba desaliñado y, en comparación con la otra, parecía anciana.

- ¿¡Qué miras!?

- ¡Melínoe, suficiente de tratar a Anna así!- gritó Macaria. Avyanna estaba quieta en su lugar.- Avy...- susurró la de dorados cabellos.- soy yo, mamá.

- ¿Mamá?

- Sí, amor.- Macaria se acercó y acarició la mejilla de Avy.- Soy yo, todo estará bien.

- ¿Dónde estamos?

- En la Isla de los Bienaventurados, Avyanna.- la ayudó a levantarse y, juntas, caminaron hacia una costa cercana.- ¿Cómo has estado?