8. Vanya.

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Luego de unos minutos silenciosos y de sufrimiento para Avyanna y Derek, Deucalion volvió a hablar.

- Bien, yo lo haré.- se levantó y acomodó su chaqueta.- Hace unos... veinticinco años, si no me equivoco, conocí a una mujer tan hermosa como tú. Tenía el cabello castaño, ojos claros y un alma tan noble que jamás pensé que se fijaría en un hombre como yo.

- Ve al punto.- pidió Cora mientras Kali la sostenía.

- Bueno, volviendo a lo que importa.- Deucalion "miró" a Derek.- Nos enamoramos. Ella me dijo que no le quedaban muchos años en la tierra, así que decidimos tener un hijo para que yo jamás esté solo.- Avyanna, que los tenía cerrados todo este tiempo, abrió los ojos, encontrándose con lágrimas en los ojos y sus dedos color azul.

- Anna, no lo escuches...

- Tuvimos una niña hermosa, con mucha salud y muy fuerte.- Deucalion se sacó los anteojos negros y tomó el cuello de Derek.- Pero mi pareja tuvo que irse, y yo me quedé con mi hija. ¿Cómo haría un muchacho de veintidós años con un futuro expectante para cuidar a una niña que necesitaba atención al tiempo completo?

- Ya basta...- murmuró Derek con los ojos llorosos.

- Decidí dejarla en la estación de policía, cambiando su nombre de Vanya por uno más lindo aún.- Deucalion miró a Avyanna.

- Ahora me dejaste la intriga, ¿cómo se llama tu hija?- Avyanna posó una mano en el suelo y se levantó, arrancando el tubo de su abdomen.

Movió sus dedos teñidos de azul e hizo que Ennis, Jacob y Kali quedaran sujetados en el aire por un rayo del mismo color. Se volteó a Deucalion. Apuntó con la palma de su mano y amenazó con soltar un destello, pero él la interrumpió.

- Avyanna.

- ¿Qué?

- Le cambié el nombre a Avyanna.- la nombrada sintió como todos la miraban.

- Tú...- los tres Alfas cayeron de su posición, masajeando sus cuellos. Los ojos de Avyanna se tornaron de un rojo escarlata.- ¿Qué?– preguntó, desconcertada. Deucalion hizo una seña y su manada caminó tras él.

Había logrado lo que quería. Avyanna estaba decepcionada y enojada con Derek. Deucalion quería que toda la manada de Scott se separase, y ya lo estaba consiguiendo.
Los tres Alfas caminaron delante de Deucalion. Éste último sonrió y cerró la puerta.

Derek levantó la cabeza, con lágrimas en los ojos. Avyanna ayudó a que se levante y sacó el tubo de su abdomen. Dejó el cuerpo de Derek en la mesa e intentó algo.
Apoyó su mano en la herida, enfocó su atención ahí e intentó curarlo. Le costó bastante, pero lo logró.

- Anna...- ella volteó, con lágrimas en los ojos.

- ¿Por qué? ¿Por qué no me dijiste nada?- él agachó la cabeza.- Sabías lo importante para mí saber sobre mi padre. ¡Por más que sea una persona de mierda, tenía derecho a saber!

- Avy, lo hice para protegerte.- Derek se acercó a ella y tomó sus manos.- No era buena idea que supieras, irías a hablar con él.

- No puedes.- él la miró.- No puedes decidir si esa información la obtengo o no, esa es mí decisión. Si no me gusta es otra cosa, pero... ¡Dios, te pedí que no me mientas!- sintió como su garganta ardía y miró a Cora y Luke.- Ustedes también lo sabían, ¿no es así?- ellos bajaron la cabeza.- Todos váyanse a la mierda.- caminó hasta la puerta y sintió como una mano tocaba su brazo.

- Lo siento, Av...- tomó la mano de Derek y la dejó a un lado de su cuerpo.

- Vete al diablo.

***

Caminé unas cuadras hasta encontrarme en mi casa. Hacía bastante que no dormía en mi cama.
Ya era de noche, había caminado por cualquier lado durante todo el día, necesitaba estar sola y pensar.

Toqué la puerta, con lágrimas en los ojos y la lluvia empapando mi cuerpo. Abrieron y me abracé a la persona que estaba del otro lado.

- ¿Avy?- oí a Melissa.

Me separé de la persona para notar que no era ni Scott ni Melissa, sino Isaac.
Caminé hacia el sofá. Los McCall se sentaron a mi lado.

- ¿Qué sucedió?- preguntó Melissa acariciando mi cabeza.- Avy, dime.

- Yo...- volteó a Scott.- ¿Sabías quién es mi padre?

- Mamá dijo que había desaparecido, ¿no es así?- me tranquilicé al escuchar los latidos de Scott ir normalmente.- ¿Lo conoces?

- Es Deucalion.- dije sorbando mi nariz.- Y el hijo de puta de Derek lo sabía.

- Que idiota.- murmuró Melissa.- Ven, los chicos prepararon lasagna.

Asentí secando mis lágrimas y caminé hacia el comedor. Observé el plato que Melissa había colocado frente a mí y deje escapar más lágrimas. Me levanté de la silla y caminé hacia la habitación donde dormía. Cerré la puerta tras mí y sentí mis ojos arder.

- ¿Por qué? ¿¡Por qué!?- grité golpeando el piso bajo mi cuerpo. Apreté la mandíbula y dejé caer la cabeza sobre la pared.- No confíes en nadie.- reí cínicamente.- Debí escucharla, maldita sea.

Mi teléfono comenzó a sonar, Lila. Atendí.

- Estoy abajo, Scott me contó todo.

Colgó la llamada y maldije a mis adentros. No quería hablar con nadie, ni siquiera con Lila, y eso era mucho teniendo en cuenta que era mi mejor amiga.
Me cambié la ropa mojada por seca y bajé las escaleras. Saludé con una sonrisa a Melissa e Isaac y abracé a Scott.

- Tú y yo vamos a tener una larga charla.- subí al auto con los brazos cruzados y la miré.- Deberías amarme.

- Y lo hago.- me abracé a su cuerpo y olí el perfume que tenía, lavanda.- Pero no tenías que venir a mi casa a...

Subió la música tratando de callarme, y lo logró. A los minutos estábamos las dos cantando Toxic de Britney Spears a todo pulmón. Eso necesitaba, despegarme un poco de la realidad y prestarle atención a ella, que siempre me dedicó la atención que yo requería.

- Deja de pensar tanto.- cambió la canción y sonó Oopss!... I Did It Again, de la misma cantante.- ¡Y disfruta esta gran canción!- comenzó a golpetear el volante al compás de la música.

De repente, el auto soltó un chirrido y una persona levantó su mano para que Lila frenara. Me bajé corriendo, al igual que mi amiga. Era un chico de piel oscura, con ojos amarillos que se cerraban y se abrian con pesadez. Lo reconocí de inmediato.

- Maldita sea...- susurré levantando su brazo.

Las personas detrás de nosotras tocaban bocina. Lila les dedicó el dedo del medio y subió a Boyd al auto. Me senté en el lugar del copiloto y pasé mi mano por su frente, tenía fiebre, ¿era eso posible?

- ¿Puede un hombre lobo tener fiebre?- preguntó Lila conduciendo muy rápido.- ¿¡Dónde lo llevamos!?

Cerré los ojos con fuerza. Por más de que odiara la idea, era su Beta, y tendría que ser su problema ahora.

- Yo conduzco.

𝚂𝚌𝚊𝚛𝚕𝚎𝚝 𝙴𝚢𝚎𝚜.¹ || 𝙳𝚎𝚛𝚎𝚔 𝙷𝚊𝚕𝚎. || [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora