14. Boyd.

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Me levanté y mi piel se estremeció al leve contacto de mis pies con el frío que emanaba el suelo.
Cora bajó las escaleras con una botella de agua en su mano al mismo tiempo que sonaba la alarma del departamento.
Había pasado un día entero. Luego de lo de ayer, Derek me había ofrecido quedarme con ellos por mayor seguridad.

Él se despertó alarmado, tirando el libro que estaba leyendo media hora atrás.

– ¿Eso es malo?– preguntó Cora señalando el gran ventanal con la cabeza.

Derek y yo nos volteamos para luego mirarnos entre nosotros. Se podía oler el miedo que salía de nuestros cuerpos.

– Significa que ya vienen.– murmuré.

El logo de la manada de Alfas estaba dibujado en los cristales. Cora se cruzó de brazos y caminó hacia nosotros.

– Esta noche.– acotó Derek unos segundos después.

– Oigan, son las seis de la mañana, sin un café o mínimo una siesta, no pensaré. ¿Alguien quiere?– los Hale asintieron y caminé hacia la cocina a preparar café.

***

Las puertas del apartamento de Derek se abrieron, dejando ver a Isaac junto a Boyd, con sus respectivas mochilas de la escuela.

– Vuelvan a la escuela.– ordenó Derek.

Caminé desde la cocina con dos tazas de té en las manos y las apoyé en la mesa. Saludé a los chicos con la mano y me senté sobre la superficie de madera mientras tomaba la infusión.

– Bueno, en realidad no podemos ir.– comenzó Isaac.– Boyd y yo estamos increíblemente enfermos…

– Sí, eso ya lo sabíamos.– murmuré.

– Iba a preguntar si era daño cerebral, pero Avyanna robó mi frase.– agregó Derek apoyando su cuerpo contra la mesa, a mi lado.

– Bueno, yo tengo migraña y Boyd tiene diarrea explosiva.

– Vinimos a protegerte.– se defendió Boyd.

– ¿Protegerme? Mira a quien tenemos aquí.– Derek me señaló mientras yo bebía mi té de frutilla.

Expulsé un pequeño destello por mi dedo, dirigido hacia Isaac. Éste no pudo esquivarlo y golpeó su pecho.

– Como sea, Boyd tiene un plan.

– Recuerdo cuando Gerard nos encerró a Erica y a mí. Nos ató a cables eléctricos y pasó corriente por ellos.– de su mochila comenzó a sacar diferentes cosas que no tenía ni idea de que eran.– Me preguntaba si podríamos hacer eso.– quitó lo último, metros y metros de cable.– Pero multiplicado.

De: Lila a.k.a mister dragón:
– Casa de Peter, tenemos novedades.

– Mierda, me encantaría quedarme a ver si su plan funciona, pero debo irme.

Me levanté y tomé mi bolso. Me dirigí a Derek y acaricié su mejilla.

– Cuidenlo, pubertos, ¿entendido?– miré a Isaac.– Y tú, insoportable, no cometas ninguna estupidez, no quiero que nadie muera.

– Entendido jefa.

Salí del apartamento y subí al auto para conducir hacia el centro. Me bajé unos minutos después y entré a la recepción del edificio. Una señora me saludó con una sonrisa junto a una niña de unos diez años, la cual me sacó la lengua. Obviamente no iba a quedarme atrás, así que le devolví el gesto.

𝚂𝚌𝚊𝚛𝚕𝚎𝚝 𝙴𝚢𝚎𝚜.¹ || 𝙳𝚎𝚛𝚎𝚔 𝙷𝚊𝚕𝚎. || [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora