12. Dragons.

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Luego de media hora de espera, llegó. Conducía un auto negro sin techo y usaba lentes a juego con su auto.
Lila subió, sin dejar de mirar a Peter.

- ¿Tú...? ¿Tú y yo nos conocemos?- preguntó Peter bajando sus lentes. Al ver a Lila tragó saliva con fuerza.- Sí, nos conocemos.

- Fuiste tú.- susurró ella.- Tú me mordiste.

- Técnicamente no te mordí, te rasguñé... profundamente.- Peter arrancó el auto y me miró de reojo.- ¿Segura de hacer esto? Van a estar a la defensiva.

- No me hará nada.- murmuré mirando por el espejo retrovisor.

Una imagen vino a mi mente. Un chico con campera de cuero y ojos celestes. Caminaba arrastrando los pies, aunque no parecía estar herido. Su cara se iluminó por un brillo blanco para luego abrir paso a un par de alas en su espalda. El cuerpo del muchacho cambió rotundamente. Su cuerpo se alargó y cambió de color a un blanco mezclado con celeste.

- Avy.- susurró Peter.- Yo me quedaré aquí. No es que no me quiera enfrentar a Deucalion y su manda de Alfas asesinos, es por simple protección.

- Dime en cuál piso están.- Peter lo escribió en un papel y estacionó el auto.- Si grito, vete.

- Sí, no hacía falta que aclararas.

Subimos por el ascensor hasta que se frenó en un piso diferente. Las puertas se abrieron y abrí los ojos sorprendida.

- ¿Avyanna?- preguntó Allison.- ¿Qué hacen aquí?

- Yo...

- ¡Hola! Soy Lila, amiga de Avy, un gusto.- la pelirroja a mi lado estrechó la mano de Allison y luego de su padre.- Mi novio vive aquí y se sentía mal, así que decidimos traerle un poco de comida.

- ¿Y la comida?- preguntó papá Argent.

Ese hombre daba miedo. No en el mal sentido, pero te daban ganas de respetarlo.

- Mierda, la olvidé en el auto.- Lila me echó una de sus miradas que decían "no la cagues".- Dile a Chris que ahora subo.

Estaba la posibilidad de que Argent viera a Peter en el estacionamiento, y ese encuentro no sería bonito. Lila optó por bajar con ellos. Allison pasó por mi lado y susurró en mi oído, "cuídate", para luego sonreírme.
Subí las escaleras hasta el piso correspondiente. Me frené delante de la puerta y debatí internamente si salir corriendo escaleras abajo o tocar el timbre. Antes de que pudiera decidir, la puerta estaba abierta.

- No te esperaba, pero me alegra que hayas venido.- Deucalion se hizo a un lado y me dejó pasar.- Tranquila, no hay nadie. Fueron a buscar el cuerpo de Ennis.- avanzó hasta la cocina y volvió a mirarme. ¿Puede decirse así? Porque él no puede ver...- ¿Quieres té?

- No me gusta, gracias.- no quería ser descortés. No me agrada, pero es mí progenitor.- Pero si tienes café estaría genial.

- Bien, yo también amo el café.- me sonrió y, al ver que las cosas caían de sus manos, me acerqué a ayudarlo.- Gracias. Y lamento que tengas que hacerlo tú, eres la invitada.

- ¿Sabías que vendría?

- Ennis mató a tu novio, supuse que querrías hablar en algún momento.

- No es mi novio.- destaqué con furia.

Pero que deseaba serlo no lo negaría. Tomé las tazas que él me indicó y les eché el líquido dentro. Caminé detrás de él hacia una mesa rodeada de cinco sillas, nos sentamos uno frente al otro y él se sacó los lentes.

- ¿Qué te carcome el pensamiento, Avyanna?

- Quiero hablar sobre mi madre y mi amiga.- él asintió mientras apoyaba su boca en el borde de la taza, para luego darle un largo sorbo.- ¿Quién era mi madre?

𝚂𝚌𝚊𝚛𝚕𝚎𝚝 𝙴𝚢𝚎𝚜.¹ || 𝙳𝚎𝚛𝚎𝚔 𝙷𝚊𝚕𝚎. || [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora